"He visto todo el aire a mi alrededor lleno de lenguas de llamas vivas. Su intensidad, en lugar de disminuir, aumenta con el tiempo"
En 1930 el genial científico e inventor
Nikola Tesla llegó a afirmar que había concebido un potente arma de detsruccion masiva denominada
El rayo de la muerte, usando una tecnología desconocida que él conocía como
teleforce, y que permitiría disparar un haz de partículas macroscópicas hacia seres vivos u objetos para destruirlos por completo. Se cree que tal aparato nunca fue desarrollado pero después de su muerte hubo muchos rumores acerca de la existencia de esta arma que posteriormente fue muy recurrente en novelas de ciencia ficción y películas, generando en el camino la creación de conceptos como la pistola de rayos láser, utilizada por héroes de ficción como
Flash Gordon. El arma de
Nikola Tesla supuestamente era capaz de enviar un rayo electromagnético a centenares de kilómetros y arrasar grandes extensiones de Tierra o incluso destruir todo el planeta. La leyenda dice que
Nikola Tesla se puso en contacto con
Woodrow Wilson, el presidente número veintiocho de Estados Unidos, para explicarle el funcionamiento de la máquina y ofrecérsela como sistema defensivo militar pero el presidente, así como otros lideres mundiales del momento a los que se dirigió, no le tomaron en serio. Hay que tener en cuenta que
Nikola Tesla empezó a desarrollar ciertos problemas mentales a muy temprana edad, era propenso a las alucinaciones y desarrolló una tendencia maniático compulsiva obsesiva que bien podría haberle inducido a creer de verdad en el mencionado
Rayo de la Muerte y que también explicaría algunas de sus extrañas acciones.
Siguiendo esta teoría
Nikola Tesla decidió hacer una prueba de su arma aprovechando que su amigo y explorador estadounidense,
Robert Peary, intentaba en 1908 llegar al Polo Norte, hecho que finalmente lograría constando históricamente como el primer hombre en realizar tal hazaña. El plan era que
Nikola Tesla enviaría una descarga de su arma en dirección oeste a donde su compañero se encontraba para que este pudiese observar al anochecer la intensa luminosidad que provocaría la detonación. Ni
Robert Peary, ni su expedición, fueron capaces de ver nada pero a unos 16.000 kilómetros de distancia se producía ese mismo día la explosión de Tunguska. Se sabe que en esa misma década se produjeron otras explosiones similares alrededor del planeta pero de menor intensidad a la de Tunguska que algunos tienen como prueba de los experimentos llevados a cabo por
Nikola Tesla. Se conoce también que el científico e inventor construyó alrededor de esa fecha un oscilador de alta-frecuencia que generaba 4 millones de voltios que le generó algunos problemas, las chispas que producía el artefacto eran demasiado grandes y violentas para su laboratorio de Nueva York y la leyenda urbana dice que tuvo que acabar destruyéndolo con un martillo o incluso que su laboratorio había explotado en el proceso.
Sea como sea en 1943, después del fallecimiento de
Nikola Tesla, el Gobierno de los Estados Unidos se hizo con todos sus documentos originales e inventos siendo declarados secreto Federal del Gobierno Americano, lo cual sólo siguió alimentado las especulaciones. Años más tarde, la familia Tesla y la embajada Yugoslava lograron recuperar el material incautado que hoy día se encuentra expuesto en el
Museo de Nikola Tesla aunque algunos de sus estudios siguen siendo indescifrables debido al peculiar método de trabajo del inventor pues resulta que la mayoría de los documentos de sus proyectos apenas eran esbozos dentro de su cabeza. No deja de resultar sorprendente que, pese a su gran aportación al mundo moderno,
Nikola Tesla siga siendo un completo desconocido para el gran público pero, aún así, su fama ha conseguido trascender a otros medios. En 2006, por ejemplo,
Christopher Nolan adaptaba a la gran pantalla la novela
El Prestigio del autor inglés
Christopher Priest, en la cual
Nikola Tesla es presentado como el inventor de un ingenioso aparato eléctrico utilizado por los dos ilusionistas que protagonizan la historia. El actor
David Bowie interpretaría el papel en cuestión dando vida a un
Nikola Tesla enigmático y carismático que acaba desarrollando una máquina de teleportacion. Históricamente el inventor serbio también trabajó en un proyecto para teletrasportar electricidad de un punto a otro.
Nikola Tesla también es citado u homenajeado en otras novelas como en
Hyperion de
Dan Simmons o en
El Mundo Perdido de
Michael Crichton; en videojuegos como
Lara Croft Tomb Raider: Legend,
Command & Conquer: Red Alert ,
Silent Hill: Origins o
Return to Castle Wolfenstein; en canciones como
Tesla's Hotel Room del grupo
The Handsome Family o
Nikola Tesla de
Joy Electric; o, finalmente, en el mundo del cómic en obras como
Clockwork Girl de
Sean O’Reilly y
Kevin Hanna,
The Light and Darkness War de
Tom Veitch y
Cam Kennedy, la reciente
RASL de
Jeff Smith, el
Hellboy de
Mike Mignola o
Atomic Robo de
Brian Clevinger y
Scott Wegener.
Especialmente llamativas son estas tres últimas obras relacionadas ya no sólo con
Nikola Tesla sino con el famoso
Evento de Tunguska. En el
Hellboy de
Mike Mignola, creado en 1994, tenemos al villano Grigori Rasputín, responsable de la llegada de
“rojo” a nuestro mundo. Este utiliza un monolito que fue extraído después del colapso en Tunguska que según él fue enviado por
Los Siete Demonios del Caos, los
Ogdru Jahad, para preparar su llegada a la Tierra.
Nikola Tesla no aparece referenciado en la obra de
Mike Mignola pero sí lo haría en 2007 en el cómic
RASL de
Jeff Smith, donde este relaciona directamente al científico con el suceso de Tunguska. Aunque, sin duda, la visión más amplia del hecho la tenemos en el mencionado
Atomic Robo de
Brian Clevinger y
Scott Wegener donde sus autores dan un papel de especial relevancia a
Nikola Testa, a pesar de no aparecer físicamente nunca en la obra, siendo el creador del único robot del mundo conocido con
“inteligencia automática” incorporada (el científico serbio también trabajó en el campo de la robótica) que es el verdadero protagonista del cómic. Curioso es además el tercer recopilatorio de la serie,
Atomic Robo y La Sombra de Más Allá del Tiempo, en donde se explica que
Nikola Tesla, junto al escritor
H.P.Lovecraft y
Charles Fort, un investigador estadounidense de sucesos paranormales de la época, hizo frente a un extraño y terrible ser hiperdimensional en el área de Tunguska en el año1908. Sin duda la visión más curiosa sobre dicho acontecimiento vista hasta la fecha en las páginas de un cómic. Como se suele decir, la realidad acaba superando a la ficción pero, en ocasiones, el problema es más bien distinguir la realidad de la ficción.
Ver también:
Nikola Tesla: Un Científico Sabio
Nikola Tesla y el Evento de Tunguska en Pensamientos JFS
Artículo Sobre Nikola Tesla en Wikipedia
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Atomic Robo y Los Científicos de Acción de Tesladyne
Atomic Robo y Los Perros de la Guerra
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