"¡Liberad al Kraken!"
En 1981 se estrenaba la película Furia de Titanes dirigida por Desmond Davis y con el gran Ray Harryhausen encargado de las labores de producción y enfrentando al que a la postre sería su último trabajo en el campo de la animación stop motion. A este pionero de los efectos especiales el tiempo le ha granjeado el reconocimiento tanto de la crítica especializada como del público, por su trabajo en numerosas películas de corte fantástico y aventuras alcanzando su cénit con Jason y los Argonautas, del director Don Chaffey, convertida en toda una película de culto. En ello tuvo algo que ver, sin duda, la recuperación de la técnica de stop motion en las películas de Tim Burton de finales de los años 80, como en Beetlejuice, y en la década de los 90 del pasado siglo siendo Pesadilla antes de Navidad de Henry Selick el máximo exponente de esta. El pasado 31 de Marzo se estrenó en España el nuevo remake de Furia de Titanes auspiciado por Warner Bros, dirigido por Louis Leterrier y protagonizado por Sam Worthington -que hereda el papel de Perseo que en la versión de los años ochenta asumió el actor Harry Hamlin-, Gemma Artenton, Alexa Davalos, Mads Mikkelsen y los ya veteranos Liam Neeson y Ralph Fiennes que son la viva imagen de los dioses olímpicos Zeus y Hades respectivamente.
Furia de Titanes adapta el mito clásico de Perseo, hijo del mismísimo Zeus, que derrotó a la horrible gorgona Medusa y que se acabaría convirtiendo en el rey de Micenas. La adaptacion, evidentemente, resulta muy libre y caprichosa -como ya ocurría en la versión de 1981 de Ray Harrihausen- siendo el resultado algo parecido a la breve interpretación que hacía Arnold Schwarzenegger del Hamlet de William Shakespeare en la comedia El Último Gran Héroe de John McTiernan. El guión es obra de Lawrence Kasdan, cuyo último libreto digno de mención fue En Busca del Arca Perdida que se estrenó, precisamente, en 1981 lo que también nos permite darnos cuenta, al comparar con la película de Steven Spielberg, lo desfasada que estaba ya la película de Ray Harryhausen en la época. Lawrence Kasdan reinterpreta a su manera personajes mitológicos dotando a la historia de un tono cercano 300 de Zack Snyder y Frank Miller pero sin sus excelencias visuales. Aunque también se pueden rastrear influencias del Star Wars de George Lucas -Lawrence Kasdan fue guionista de El Imperio Contraataca y El Retorno del Jedi- encontrar el obligado guiño a la versión previa de Furia de Titanes y, echando algo de imaginación, localizar algún homenaje "simbólico" a Perdidos.
Uno de los principales problemas de la película de Louis Leterrier es el montaje de la película que deja más de un hueco narrativo que, combinado al alto ritmo que imprime a la acción, no permite que los personajes siquiera se puedan situar dentro de la historia. Todo el metraje es demasiado precipitado y las decisiones y las personalidades de los personajes fluctúan de una escena a otra sin dar tiempo a profundizar en ellos para que el espectador pueda empatizar con sus desventuras (al respecto está la interesante noticia que publicaba Tu Blog de Cine - La Furia de Titanes que no vimos en los cines). A ello debemos unir unos diálogos poco trabajados que en pocas ocasiones parecen reflejar los ecos del pasado mitológico en el que se sitúa la acción. Especial mención merece el trabajo de Sam Worthington por el mérito que conlleva mantener el mismo rictus facial durante toda la película sin molestarse siquiera en empezar a interpretar su papel. Sus monólogos clamando venganza o sus vitores de guerra están huérfanos de pasión y resultan de todo menos creíbles. En el elenco actoral destacan, por un lado, las tablas de Liam Nesson y Ralph Fiennes que parecen disfrutar de verdad jugando a ser dioses, aunque el resultado este muy lejos de sus mejores registros, y, por otro lado, entre los mortales, Mads Mikkelsen interpretando al capitán Draco y Gemma Artenton como la clarividente Io que hacen lo posible con lo que tienen a mano.
El punto fuerte de la película es la acción, que aunque algo atropellada, permite disfrutar del diseño de criaturas como Medusa, el Kraken o bichos de todo tipo: desde escorpiones gigantes a demonios alados del Inframundo. Los efectos especiales, no obstante, no parecen del todo logrados en algunos casos y uno no puede evitar preguntarse si deben ser un homenaje intencionado a la técnica del stop motion que empleaba la versión del 1981 o si ese homenaje se limita a cierto búho mecánico y la cara de cartón de Sam Worthington. Louis Leterrier es un director bastante limitado, como ya pudimos apreciar en El Increíble Hulk, que, no obstante, suele ofrecer resultados correctos y disfrutables. En este caso Furia de Titanes es un buen ejemplo, puro fast food cinematográfico con un tratamiento de la mitología clásica, con algunos cambios sin sentido ni necesidad, que funciona como excusa argumental para ofrecernos una película de acción del montón para pasar el rato. En cuanto a la versión en 3D de la película parece ser que la única furia que ha desatado es la de los espectadores que se han sentido estafados con él. Ahora podemos sentarnos a esperar el inminente remake, raro sería otra cosa, de Jason y los Argonautas y eso ya sí son palabras mayores.
Ver también:
Furia de Titanes en El Lector Impaciente
Furia de Titanes en Tu Blog de Cine
7 comentarios:
Aunque prácticamente hayan atropellado la esencia del clásico y se hayan pasado por la piedra casi todo el guión, debo conceder el beneficio de la duda a esta nueva versión que aun no he visto. Todos los que la han visto me han comentado que tiene unos efectos especiales increibles, pero que de argumento falla muchísimo. Aun así, esperaré a que la saquen en dvd, pues parece que la hayan sacado exclusivamente para el 3D. Una de las cosas que más me chocó fue que, para ser un remake, se hayan saltado tan a la torera el guión original, haciendo simples guiños a la original (me han contado lo que hace con el buho mecánico de Atenea y fue el evento que me impidió ir a verla al cine definitivamente) y reformándola como si fuera una nueva adaptación del mito.
En fin, espero que las futuras adaptaciones no sean tan... curiosamente "adaptadas" y orientadas a un público que solo ve colores y efectos de ordenador.
El problema, a mi modo de ver S. Jerusalem, es que la película podría haber sido mejor lo que es pero a última hora les llegó la noticia de la pasta que estaba haciendo James Cameron con el 3D de Avatar y ellos decidieron sumarse cuando ya estaba la película en post-producción. Eso puede haber influido en el montaje y en la tijera que le han metido (que se nota muchisimo) y los cambios de guión improvisados. Yo creo que verla en DVD puede ser una buena decisión y, sobre todo, si hay posibilidad de que se estrene el montaje del director. Aunque como pretenden convertirla en una saga es bastante difícil que eso pase de momento.
Por lo que he leído en el blog que has citado el guión estaba bastante trabajado e incluso había buena parte de intriga en el Olimpo y que hacía cambiar la trama sustancialmente.
Por lo que he leído también parece ser que es poco probable que lleguemos a ver esa edición. Ni siquiera en DVD. Lo de el 3D lo ha tirado todo por la borda.
Coincido contigo en que Sam Worthington es un carapalo de cuidado, anti-actor donde los haya.
Lo de Bubo me dolió en el alma...
En realidad, el Búho robot, Bubo, de la película original era un homenaje o guiño a R2-D2. Y aunque en este nuevo "remake" sólo hace un "cameo", en la película de 1981 es el verdadero héroe que los salva a todos, ya que sin su intervención final, en la lucha contra el Kraken, Perseo hubiese perdido a no ser por la pericia de este curioso Búho del Olimpo.
De todos modos, pese a las carencias que ha remarcado Mythos, es una película muy entretenida y que no dejará mal sabor de boca a todos aquellos que saben disfrutar del cine de aventuras y acción.
Ah, y a mi también me encantó la peli de "Cómo entrenar a tu dragón". Un film entretenidísimo, con un nivel técnico muy alto, una buena historia y que no cae en la noñeria. De lo mejor de Dreamworks que ha parido últimamente por que la verdad es que ya llevaban un tiempo que no me convencían en absoluto.
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