28 de junio de 2009

La Broma Asesina -La Sonrisa de El Caballero Oscuro-


¡Atención, no es ninguna broma, posibilidad de spoilers!

U
na de las novedades más esperadas del Salón del Cómic de Barcelona del pasado año fue la nueva edición por parte de Planeta de Agostini de la obra magna de Jeph Loeb y Tim Sale que fue El Largo Halloween y que coincidió casi en el tiempo con el estreno de El Caballero Oscuro del director Christopher Nolan. De ahí que a modo de introducción se incluyese en esta nueva edición una entrevista al propio Christopher Nolan y al productor David S. Goyer de antes del comienzo del rodaje de la película. En esta entrevista ambos hablaban del "potencial cinematográfico" de la obra de Jeph Loeb y Tim Sale y se tenía como la gran influencia de la nuevas películas sobre Batman. Sin embargo, analizando El Caballero Oscuro es fácil llegar a la conclusión de que, si bien El Largo Halloween es parte del esquema argumental de la película y de su armazón, es otra obra "menos densa desde el punto de vista argumental" la que otorga el espíritu a gran parte de la trama que se sostiene sobre el personaje del Joker interpretado por el fallecido Heath Ledger. Esta obra es ni más ni menos que La Broma Asesina de Alan Moore y Brian Bolland.

Si en el pasado Salón del Cómic de Barcelona fue El Largo Halloween una de las novedades más interesantes este año ha sido precisamente la nueva edición La Broma Asesina una de las más llamativas. Esta nueva edición no ha estado carente de controversia por el nuevo coloreado que ha aplicado a la obra Brian Bolland deshaciéndose de la paleta de tonos ocres del original de John Higgins, exactamente la misma que utilizó en Watchmen, para sustituirla por una gama de grises más oscura y elegante acorde con los tiempos que corren. En este caso el formato Absolute no perjudica a la obra y la fuerza de las viñetas de Brian Bolland se mantiene e incluso se puede decir que las favorece. De la historia poco que añadir a lo que ya se ha dicho en muchas ocasiones. La Broma Asesina sigue funcionando a la perfección más de veinte años después y sigue resultando igual de fresca y actual. Estamos quizá ante la mejor historia corta sobre Batman conocida y, sin duda, la más interesante respecto al análisis de la figura de su más clásico villano el Joker. Como extras en el tomo se incluye una historia adicional del propio dibujante de escasas páginas que, sin ser gran cosa, es entretenida y curiosa de leer sobre un tipo "normal y corriente" que planea matar a Batman.

En relación a El Caballero Oscuro se ha hablado mucho sobre el retrato que en ella se hace del archienemigo de Batman. Muchos son los que defienden que no es el Joker que encontramos en los cómics del personaje. El caso es que el Joker es un personaje que ha pasado por numerosas etapas y que ha tenido tantas interpretaciones como grupos creativos han sido asociados con las historias de Batman. Sin ir más lejos el Joker que retrata Alan Moore en La Broma Asesina es, radicalmente, opuesto al que encontramos en El Largo Halloween. Mientras el primero es un personaje complejo, revestido de un humor negro perverso, maquiavélico y con cierto toque melancólico y filosófico el Joker que encontramos en El Largo Halloween es simple, infantil y carente de matices siendo casi un personaje de corte cartoon que encaje con los lápices de Tim Sale. El Joker de Bill Finger y Bob Kane, por otro lado, era cruel, interesado y despidado pero plenamente consciente de sus acciones, sin un deje de locura tan perfilado como el que encontramos, por ejemplo, en la interpretación que hace Frank Miller del personaje en El Regreso del Caballero Oscuro donde nos presenta un ser obsesivo, manipulador y, en cierta manera, ávido de fama que se recrea en sus fechorías retransmitidas a través de la televisión.

Sabido es que la idea original que vio nacer al Joker en los cómics no fue ni de Bill Finger ni de Bob Kane sino de otro ayudante de este último, Jerry Robinson. Este tuvo la idea viendo la película El Hombre que ríe del director Paul Lini que a su vez era la adaptación a la gran pantalla de la novela del mismo título del escritor Victor Hugo. En ella encontramos a Gwynplaine, el personaje al que hace referencia el título, que en la película de 1928 interpretaba el actor Conrad Veidt y que tenía como principal característica la desfiguración que padecía en su boca que le obligaba a una eterna sonrisa forzada. Por ello, es curioso, que a la hora de presentar Christopher Nolan y Heath Ledger su interpretación del Joker en El Caballero Oscuro, que es como se debería ver, como una interpretación más del personaje, decidiesen remitirse a este origen "no oficial" del personaje con unas cicatrices por sonrisa como este en vez de la "decoloración" que padece el Joker de los cómics. No parece casual o coindencia esta elección, que por otro lado encaja mejor con la visión más realista que su director quería imprimir a la saga, pues, al fin y al cabo, Tim Burton y Jack Nicholson demostraron en 1989 con su Batman que era posible una adaptación más literal del personaje del cómic. Y, no obstante, ¿podemos afirmar, pues, categóricamente, que el Joker de El Caballero Oscuro no es el Joker de los cómics?

La Broma Asesina es, por decirlo así, el germén de El Caballero Oscuro y si ha habido un cómic que realmente haya inspirado la interpretación de Heath Ledger en esta es, sin duda, la obra de Alan Moore y Brian Bolland. El Joker que encontramos en esta película es un agente del caos, como él mismo se declara y esto no es gratuito pues su función debe ser convertirse en el opuesto del héroe, Batman, aquí interpretado por Christian Bale. Donde este último busca justicia, aunque este tan ligada a la venganza en su caso, y orden, el Joker apuesta por el desorden y el caos como un Tyler Durden más "físico" e incluso con algunas reminiscencia del Álex de La Naranja Mecánica. Es, de esta manera, la otra cara de la moneda de Batman. En lo que podría haberse convertido éste después de la muerte de sus padres como se nos insinua en La Broma Asesina. En dicho cómic Alan Moore y Brian Bolland nos presentan "un pasado" y un origen del Joker aunque, finalmente, al hablar de él el propio personaje comenta que en ocasiones los recuerda de una manera y a veces de otra. Nos deja pues la duda de si ese pasado que Alan Moore nos cuenta a través de flashbacks es real o no, si sólo es fruto de la locura del personaje, pero lo que nos viene a decir es que no se trata realmente de lo importante. El hecho a destacar es el bucle y el círculo de odio y destrucción, y también de autodestrucción, en que se encuentran los personajes, no ya dentro del relato, sino en su propia categoría como personajes de ficción.
"Había una vez dos tipos en un manicomio y una noche deciden que no quieren seguir viviendo en el psiquiátrico. ¡Y deciden escaparse!. Así que suben al tejado y allí, frente a un estrecho hueco entre dos bloques, ven los edificos de la ciudad recortándose a la luz de la luna contemplando cerca su libertad. El primer tipo salta sin problemas. Pero su amigo no se atreve. Ya sabes... tiene miedo a caer. Entonces, el primero tiene una idea y le dice: "¡Ey! Tengo aquí mi linterna. ¡Alumbraré el hueco entre los edificos y podrás caminar sobre el rayo hacía mí!". Pero el otro mueve la cabeza y dice: "¿Qué te crees? ¿Que estoy loco? ¡La apagarías cuando estuviese a mitad de camino!"

La Broma Asesina, Alan Moore

En El Caballero Oscuro todo esto queda reflejado cuando, en varias ocasiones, el Joker le explica a Batman que son tal para cuál: no se matarán el uno al otro porque Batman tiene unos principios éticos que nunca se saltará y el Joker, simplemente, encuentra esto "muy divertido". El Joker, pues, sólo existe porque Batman decidió un día impartir justicia, al margen de la ley no hay que olvidarlo, disfrazado de murciélago que es a la conclusión a la que llegaba Frank Miller en El Regreso del Caballero Oscuro. En la película de Christopher Nolan vemos como el Joker juega con la misma idea, de manera parecida aunque menos sútil, inventando varios orígenes para sus cicatrices, sin afirmar ninguno como cierto, expresando así de forma más literal la idea que Alan Moore dejaba caer entre líneas en La Broma Asesina. Lo importante del Joker de El Caballero Oscuro, como el de Alan Moore, no es su pasado sino su función de némesis del personaje de Batman y, por ello, en la película su intención es demostrar la bajeza de la humanidad como ocurre, de igual manera, en el cómic. La única manera de derrotar al héroe es a través de lo moral y lo ético pues la batalla física esta perdida en igualdad de condiciones.

El Joker intenta demostrar que cualquiera que tenga un mal día puede convertirse en un monstruo. Enseñar al mundo el sentido del chiste, muy significativo en La Broma Asesina, y que tiene cierta correspondencia con otro personaje de Alan Moore como es El Comediante de su Watchmen como apuntaba acertadamente Rafael Marín en W de Watchmen. El Comediante es un arquetipo de el Joker e incluso es significativo recordar que en un momento de la trama de Watchmen éste es incluso desfigurado de forma similar al payaso psicópata de las historias de Batman quedándole una sonrisa macabra en el rostro. En todo momento el Joker de Heath Ledger intenta aleccionar al resto de personajes sobre lo corrupto de la sociedad y la falta de esperanza de que las cosas puedan ser de otra manera. Consigue "convertir" al fiscal del distrito, Harvey Dent interpretado por Aaron Eckhart, que desde entonces será, literalmente, Dos Caras pero sus intentos de hacer lo propio con Batman caen en saco roto. Batman entiende el chiste, pese al fracaso del plan del Joker al igual que ocurrirá en La Broma Asesina, pero mientras en el cómic acaba siendo participe del chiste -incluso riendo junto al Joker a carcajada limpia- en El Caballero Oscuro se niega a aceptarlo pues la historia en el cine debe avanzar. El héroe es perseguido, como un delincuente, ha sobrevivido lo suficiente para convertirse en el villano, y este, el auténtico villano, logra al fin una victoria moral. Y es que resulta, como decía El Comediante, que nadie dijo que el chiste tuviese que tener gracia.

2 comentarios:

Jezabel dijo...

Estoy completamente de acuerdo. Creo que las voces de crítica al Joker de Heath Ledger son de personas que han leido los cómics y van por el mundo con anteojeras de caballoy no aceptan nada más.
Pobre Heath, que se le critique tanto a él y se defienda al mutante... lo peor es que van de "guais" los que lo ponen verde. A algunos me dan ganas de hacerles un truco de magia.
Te ha quedado muy bien al final... me voy a seguir estresandome. Mua!

Santino dijo...

Ahora mismo no puedo leerlo. Muy próximamente tengo la intención de leerlo :D