27 de febrero de 2009

-Y, El Último Hombre : Cómos y Porqués de Brian K. Vaughan y Pia Guerra-



¡Atención posibilidad de spoilers más o menos reducida!

Cómos y porqués es el tomo final de Y, El último Hombre la mejor obra, por ahora, de Brian K. Vaughan dibujada por Pia Guerra. Y no decepciona porque en el tomo anterior ya había dejado claro su autor que lo importante de la serie no era el misterio que envolvía a la plaga que había dejado a Yorick Brown como el único espécimen de ser humano con el cromosoma "Y" del mundo sino el destino final y las decisiones de los propios personajes que nos han acompañado después de 60 números. Es decir, se confirma lo que ya sabiamos casi desde el primer número, que el cataclismo sólo era una excusa para contar una historia sobre personas. Y Brian K. Vaughan lo hace de una manera elegante, intima y sin caer en tópicos salvo los más inevitables. En este último tomo se pone toda la carne en el asador.

En este final de aventura veremos como Yorick Brown se reune por fin con su querida Beth, con la tremenda revelación que eso tendrá, y como el resto de personajes van confluyendo hacía un mismo sitio que no es otro que París. En este tomo apenas encontraremos acción -que haberla hayla- y ni falta que hace. Lo más importante de Y, El último hombre nunca fueron sus asombrosas escenas de acción de las que la Agente 355 siempre fue la protagonista, ni la potenciación de ese toque de ciencia ficción distópica que conlleva la historia o, como ya hemos dicho, el misterio que pudiese encerrar la plaga. Los últimos números de la serie, lejos de eso, sirven de reflexión a los propios personajes y están sembrados de largos y bien llevados diálogos, de emociones y sentimientos que están cargados con la mayor intención del mundo y de ninguna manera resulta arbitrarios.

En la primeras páginas de Cómos y porqués Brian K. Vaughan dedica un guiño a otro serie del sello Vertigo que no es otra que Predicador. Cierto gag de Yorick con un encendedor con el grabado Fuck Communism. Esto y las ya habituales referencias pop del personaje de Yorick, que siempre me ha recordado poderosamente una especie de Peter Parker, son los únicos elementos que aligeran de vez en cuando la enorme carga dramática del final de Y, El último hombre. Hay muertes, revelaciones y más de un giro emocional que desemboca en un epílogo situado 60 años después de la acción donde se nos presenta el mundo tal cuál ha evolucionado sin la presencia masculina. Al mismo tiempo se nos relata, mediente algunos flashbacks, retazos de la vida de Yorick Brown después de los acontecimientos sucedidos en París. En especial, uno de ellos, resulta altamente emotivo.

Después del largo camino con estos personajes llegar a la última página de esta historia nos hace esbozar una sonrisa melancólica. Sin duda Y, El último hombre es un cómic a tener en cuenta. Con una profundidad emocional patente y una carga social evidente que refuerza una historia de personajes sustentada por el dibujo, espectacular en su estilo, de Pia Guerra que sabe captar los matices y expresiones a la perfección, la obra de Brian K. Vaughan resalta por méritos propios. Mención a parte, en mi opinión, para el personaje de la Agente 355, esa mujer sin nombre, letal como nadie en el mundo y, sin embargo, tan humana. Esperemos que, en su labor como uno de los guionista de Perdidos, Brian K. Vaughan nos regale un final tan bueno y emotivo como este.

-Los Muertos Vivientes: Creados para Sufrir de Robert Kirkman y Charlie Adlard-

¡Atención posibilidad de spoilers haberla hayla!

Los Muertos Vivientes -aunque todo el mundo diga lo mismo no deja de ser menos verdad por ello- sigue manteniendo número a número su buen ritmo e interés. En este nuevo tomo que ha salido esta semana de la mano de Planeta de Agostini, bajo el agorero título de Creados para Sufrir, Robert Kirkman se desmelena más, si eso es posible, que de costumbre. Creados para Sufrir es uno de los tomos con más acción en lo que llevamos de serie y con algunas de las escenas más brutales -y más de una perturbadora -que hemos podido presenciar hasta ahora y que, paradojas, no son protagonizadas por los zombies de turno. Robert Kirkman se ha empeñado en hacernos ver que el ser humano es, de por sí, mucho más terrorífico y desagradable que una manada de zombies. Y nada nos hace dudar, después de leer el cómic, de que las cosas serían así. Mención especial a ello es ese personaje depravado, mezquino, perverso y cruel que es el gobernador Phillip de Woodbury del que ya supimos en el anterior tomo.

La historia de este tomo comienza con un flashback, de los pocos que tiene la serie, en que se nos cuenta como el gobernador Phillip logró sobrevivir a la venganza de Michonne uno de los personajes más interesantes y más misteriosos de Los Muertos Vivientes que recuerda, mucho, a la Agente 355 de la serie Y, El último hombre de Brian K. Vaughan. Luego se nos narra como los dos bandos se preparan para un más que probable enfrentamiento. Los hombres del gobernador finalmente han encontrado la prisión de Rick y sus compañeros que llevan semanas preparandose para la guerra. Pero el gobernador Phillip es un ser completamente carente de escrúpulos y hará todo lo posible, engañando y forzando a sus hombres, para conseguir su satisfacción. Lo reitero, las veces que haga falta, pocas veces he visto en un cómic un personaje más desagrable que este creado por Robert Kirkman.

Si habéis llegado hasta aquí debéis ser avisados: no os encariñeis con ningún personaje. Puede que ya lo tuvieseis claro desde hace tiempo: Robert Kirkman es el demiurgo en su serie y otorga la muerte indistintamente de cualquier otra repercusión ajena a ese simple y llano concepto. No hay nadie intocable salvo, quizá, remarcando lo de quizá, nuestro querido Rick Grimes que debe siempre continuar su perverso viaje iniciático por su particular infierno en vida. La psicología de los personajes y sus acciones son siempre de lo más humanas y naturales, tan impredecibles como lógicas y esa es una de las verdaderas virtudes de este autor que sabe crear, manejar y mostrarnos la evolución de sus personajes de una forma pasmosa y creíble. Robert Kirkman, en definitiva, sabe tratar tanto el azar como el destino.

En Creados para Sufrir Charlie Adlard perpetra con maestria escenas sacadas de la perversa mente de Robert Kirkman que lo más light que se puede decir de ellas es que resultan de verdadero mal gusto. En ocasiones mucho más que cualquier película de zombies que hayamos podido ver nunca y a años luz, por ejemplo, de la mítica La Noche de de los Muertos Vivientes de George Romero en cuanto a sangre y vísceras. Este cómic no es desde luego indicado para estómagos sensibles y a veces ni tan siquiera para los más resistentes. La obstinación de Robert Kirkman en hacer sufrir a sus personajes hasta cotas verdaderamente inhumanas con Charlie Adlard convirtiéndose en cómplice de ello hace de la historia casi una catarsis de tono épico. Por supuesto, dicho esto, ya esperamos con ansias el próximo número.

26 de febrero de 2009

-El Asombroso Hombre-Lobo de Robert Kirkman y Jason Howard-


Cuando empecé a leer los primeros números de Invencible de Robert Kirkman me parecieron entretenidos y divertidos y me encantó el dibujo de Cory Walker aunque poco más. Fue a partir del tomo 5 editado por Aleta, con el título de Auténticos Desconocidos, que vi como la historia explotaba en todos los sentidos y, desde entonces, es mi cómic preferido de los últimos años y, desde luego, de lo mejor que he leído sobre superhéroes. Así que cuando se anunció la llegada de El Asombroso Hombre-Lobo fuí corriendo a mi tienda de cómics para hacerme con mi ejemplar. Si con Invencible Robert Kirkman me había conquistado y con Los Muertos Vivientes me tenía totalmente atrapado, ¿por qué no iba a conseguirlo con esta serie?

El Asombroso Hombre-Lobo es un nuevo giro de Robert Kirkman al mundo de los superhéroes cogiendo un personaje icónico de la literatura y el cine de terror y adaptándolo como el héroe de turno. No es un idea del todo original pues la figura del hombre-lobo siempre ha sido muy maleable y siempre ha tenido un componente trágico del que Robert Kirkman no se desprende en este cómic. Pero tampoco era original, a priori, la idea de Invencible pues hay multitud de cómics que tratan la figura del superhéroe de una forma parecida y los temas que aborda Robert Kirkman son los casi tópicos del género. Pero, con este autor, el que lo conoce sabe que no es lo que cuenta sino como lo cuenta. La facilidad que tiene para hacer verosímil y cercano lo que no lo parece y resultar además tremendamente divertido y adictivo.

El cómic de El Asombroso Hombre-Lobo comienza cuando Gary Hampton, un importante hombre de negocios de lo más corriente, es atacado por una bestia estando con su familia y dejándolo al borde de la muerte. Gary Hampton sobrevive pero pronto descubre que las noches de luna llena se convierte en un salvaje hombre-lobo. Pronto conoce a Zechariah, un vampiro, que le ayuda a controlar sus nuevos poderes que Gary Hampton decide utilizar para convertirse, con la ilusión de un niño, en un superhéroe que él mismo financiará con su propio dinero. Pronto irá descubriendo retazos de la verdad sobre su nueva condición y sobre Zechariah y descubrirá que lo de ser un superhéroe no es algo tan fácil.

En estos primeros números Robert Kirkman situa las piezas sobre el tablero y nos deja entrever una situación de partida que no parece que vaya a durar y así lo confirman las noticias que llegan desde Estados Unidos en la publicación mensual de la serie. Este primer número nos presenta a los personajes y establece la relación entre ellos mostrándonos la faceta de Gary Hampton como superhéroe muy en el estilo de Batman aunque con la inocencia de un primerizo. El drama, marca de la casa, así como las desavencias familiares que tan bien ha explotado Robert Kirkman en sus otras series están presentes y el autor de Los Muertos Vivientes ya nos ha asegurado que va a hacer sufrir al protagonista hasta que resulte verdaderamente divertido.

El resultado es una historia entretenida como nos acostumbra Robert Kirkman. Con tantas series abiertas ejerciendo de guionista uno se pregunta como es posible que no se resienta la calidad. Si te ha gustado lo que anteriormente has leído sobre este autor te gustará El Asombroso Hombre-Lobo. Quizá no este a la misma altura que sus grandes creaciones pero la verdadera historia esta por arrancar así que la sensación, a priori, es parecida a la que tuve al leer por primera vez Invencible. Le daremos un voto de confianza a esta serie pues su autor se lo tiene merecido. En el apartado gráfico, con un estilo parecido al de las historias protagonizadas por Mark Grayson, encontramos a Jason Howard que no es Cory Walker ni Ryan Ottley pero cumple de sobras y encaja perfectamente con el tono del cómic. Ahora sólo queda esperar los siguientes números de la serie pero, mientras tanto, esta semana se ha puesto a la venta el tomo 8 de Los Muertos Vivientes, Creados para Sufrir, con lo que podemos matar el gusanillo de nuestra ración, eventual por desgracia, de "kirkmanverso".

25 de febrero de 2009

De Secret Wars a Dark Reign: La Evolución del Universo Marvel (II)

¡Atención posibilidad de spoilers extremadamente importante!

La influencia de Watchmen en la historia de Civil War es evidente sólo que, la habilidad de los guionistas de Marvel radica en este caso en mostrarnos o ampliarnos un punto en que Alan Moore y David Gibbons no profundizarón: la lucha fraternal entre superhéroes. Un punto al que sólo se puede llegar en base al espíritu comercial de la historia. Watchmen es una historia, un engranaje perfecto, en que el concepto superheroico se diluye en una escala de grises en la que los personajes no son necesariamente buenos ejemplos a seguir. Se podría decir que Civil War nos enseña el porqué el mundo se volvió contra los Vigilantes y el verdadero conflicto que se produjo tras la aprobación del Acta Keene el precedente al Acta de Registro de Superhumanos del Universo Marvel.

Finalmente la guerra la ganará el bando a favor de este Acta de Registro liderado por Ironman, el Capitán America morirá asesinado de una forma que recuerda a la muerte de J.F.Kennedy y algunos superhéroes pasarán a la clandestinidad. Sería en Primera Línea, la serie paralela a Civil War, donde se contarían los recovecos y los misterios que proyectaba la saga a través de la experiencia de dos personajes, reporteros, como Sally Floyd y Ben Urich. Estos representan el lado civil del conflicto pero también, como Roscharch en Wachtmen, el punto critico contra los tiempos que corren y un hilo paralelo que desentraña, poco a poco, la madeja del conflicto. Ellos descubrirán partes de una conspiración contra los superhéroes que tomará un giro inesperado. Se desvelará como un criminal como Norman Osborn, alias el Duende Verde, fue capaz de escapar de su reclusión y atentar contra una embajada atlante y el conflicto que aquello desató. Y resulta, que cuál Ozymandias, detrás de todo no estaba otro que Tony Stark.

A Norman Osborn le habían lavado el cerebro para ser utilizado como arma. El archienemigo de Spiderman daba así, sin saberlo, su primer paso para convertirse en uno de los personajes más importantes de la actualidad Marvel más reciente. Pero antes de que eso llegase la gloria, de momento, se la llevarían otros. Ironman era el abanderado de la nueva causa y no dudaría en arrestrar a aquellos que antes, durante tantos años, habían sido sus amigos. Esto propició la existencia de dos grupos de Vengadores al mismo tiempo profundamente enfrentados, Los Nuevos Vengadores que habían resurgido de la Civil War y Los Poderosos Vengadores financiados por Tony Stark que además había sido ascendido a Director de S.H.I.E.L.D. Entonces, en una misión rutinaria, Los Nuevos Vengadores descubrirían los primeros flecos sueltos de la Invasión Secreta protagonizada por los skrulls que estaba por llegar y que se había gestado durante tanto tiempo. O al menos eso nos quieren hacer creer...

Para algunos aquello era la respuesta a los acontecimientos más cercanos y el comportamiento errático de algunos personajes pero la confusión y la desconfianza se fue extendiendo por todo el Universo Marvel. Mientras tanto, y apenas sin prestarle nadie importancia, Norman Osborn con el beneplácito del gobierno había pasado a liderar y organizar a un nuevo grupo de Thunderbolts que esta vez estaban más que nunca controlados por el estado y que se encargaban de cazar a los superhéroes no registrados. Norman Osborn, con mano férrea, lidera al grupo con más o menos éxito no pudiendo evitar las luchas internas en más de una ocasión pero su don es estar siempre en el momento y lugar oportunos. Y, finalmente, la Invasión Secreta dejaría de ser secreta y los skrulls atacarían con todas sus fuerzas utilizando las mismas armas que los superhéroes de la tierra. Como era de esperar la ínvasión skrull será repelida, al menos en apariencia, y un nuevo status queda tras la guerra.

Tony Stark caería en desgracia por su actuación en la invasión al dejar patente la inutilidad de sus medidas y lo que la sociedad y altos mandos consideran una mala gestión de su puesto. Norman Osborn, en cambio, se alza como el gran triumfador del conflicto. Se convertirá en un héroe para el mundo, que no un superhéroe. Será nombrado nuevo Director de S.H.I.E.L.D. en detrimento de Ironman que arruinado y juzgado debe pasar a la clandestinidad sin más recursos que su ingenio para salir del paso. Situación en la que él mismo dejó a Los Nuevos Vengadores, que continúan en activo, y situación en la que se encontraba Nick Furia desde hacer mucho tiempo y en la que continúa a pesar de su papel destacado en Invasión Secreta. Norman Osborn, mientras, asume un poder por encima de cualquier superhéroe al mismo tiempo que sigue manejando a los Thunderbolts a su antojo. Su oportunismo se ha sobrepuesto a la visión de futuro de Ironman.

Esta nueva etapa será conocida por Marvel con el llamativo nombre de Dark Reign y en ella nos encontramos actualmente. La inversión de valores se ha producido. Hemos traspasado una frontera a la que no llegó Watchmen o The Authority. Diferente que no original. Ahora los supervillanos son los abanderados del nuevo mundo. La gente los vitorea como a sus ídolos sin saber en manos de quién se encuentran. Y, mientras, los superhéroes, el símbolo patrio de la justicia de antaño, son detenidos, perseguidos y obligados a esconderse en las sombras. Una situación en la que se han puesto los mismos superhéroes que, sin darse cuenta, han ido depositando el poder en sus propios enemigos. Norman Osborn, el arquetipo del supervillano demente con ansias de poder, ha pasado de ser una pequeña pieza en el engranaje de Tony Stark a suplantar a la propia máquina. Así, el Duende Verde muestra una nueva cara, su némesis deja de ser Spiderman para encontrarla en Ironman. El potencial que había descubierto Warren Ellis en él, como ya había hecho lo mismo en la saga Extremis con Ironman, traspasa las páginas de Thunderbolts

El futuro volverá a decidir porque camino optará Marvel. Lejos de las historias que entre medias se hayan contado es indudable que el Universo Marvel esta en plena efervescencia en los últimos años y eso es un síntoma de que, cuanto menos, se están poniendo ideas sobre la mesa. El tratamiento puede echarlas por tierra en algún momento pero se ha de alabar la búsqueda de nuevas fronteras y la ruptura con el status quo. He de apuntar que no estoy encumbrando estas historias, sino analizando las particularidades que me han llamado la atención del reciente Universo Marvel una vez las he podido ver en perspectiva. La perspectiva es buena lo cuál no quiere decir que las historias sean obras maestras. En este artículo se han citado algunas obras maestras pero Civil War o Invasión Secreta no entra en ese grupo desde luego ya que, para empezar, no están enfocadas para serlo.





24 de febrero de 2009

De Secret Wars a Dark Reign: La Evolución del Universo Marvel (I)



¡Posibilidad de spoilers considerablemente alta!

Hace unos años me decidí a hacer un gran desembolso especial para hacerme con el tomo recopilatorio de los doce números que componen Secret Wars. Mítica saga Marvel que a mediados de los 80 asombraba a los lectores al juntar por primera vez a todos los héroes y villanos de la editorial en una misma historia. La historia no ha envejecido nada bien. Su trama es lo más simplista del mundo, su dibujo es el de la época y eso no es una critica, pero, en conjunto, el resultado es superfluo y sin mayores repercusiones salvo, quizá, para Spiderman para el cuál la historia significó el punto de partida de su época más oscura avalada por villanos como Venom e historias como La última Cacería de Kraven. Secret Wars no posee ningún retazo del simbolismo o el compromiso social que en épocas anteriores habían tenido los cómics Marvel cuando Stan Lee tenía una labor más activa en ellos.

Veinte años después, como el titulo de la novela de Alejandro Dumas, hemos asistido a la llegada de Civil War y ahora estamos inmersos en una Invasión Secreta y tiempos oscuros se avecinan. Civil War resultó ser una saga de amplias repercusiones para el universo Marvel aunque en este tipo de cómics todo tienda, al final, al status quo. Los tiempos han cambiado, estamos en el nuevo siglo, la lucha ya no es tanto con los villanos como entre semejantes, compañeros y hermanos. El Universo Marvel lleva ya muchos años cohesionado pero siempre hay cotas de realismo más altas a las que agarrarse. Anteriormente a Civil War las implicaciones entre personajes se reducían a la mínima y se reducían a la macrosaga anual de turno. Las personalidades de los personajes en ocasiones fluctuaban sin atreverse los guionistas a veces a decirnos a las claras de que pie cojeaba cada uno. Todos eran héroes en definitiva y ninguno podía quedar en una mala posición. Pero hay muchos tipos de héroes en el Universo Marvel y, aunque creyésemos que los conocíamos como la palma de nuestra mano, que no podían sorprendernos, Civil War tiró por tierra todo eso.

Pero recapitulemos un poco. A finales de los años 80 figuras como Alan Moore y David Gibbons con Watchmen o Frank Miller con obras como Año Uno, El Regreso del Caballero Oscuro o su etapa en Daredevil, con capítulos destacados como Born Again, iban a revolucionar el panorama del cómic superheroico. Más que eso. Había tocado los cimientos de la misma figura del superhéroe adentrándose como nadie había hecho hasta entonces en su psique y como estos podían ser concebidos por el resto de la sociedad. Los superhéroes ya no eran objeto de admiración o unos meros símbolos vacíos del patriotismo que Frank Miller identificaba con Superman. Eran la excusa y la fuerza de los gobiernos, el miedo y temor de los ciudadanos, la envidia y las devoción de otros. Sin término medio. Debían ser controlados y temidos. Utilizados.

Todos aquellos marginados que se habían puesto una máscara para poder mostrarse tal como eran ante la sociedad ahora eran reprimidos por la misma. Posteriormente nos han llegado obras como Marvels de Kurt Busiek o The Kingdom Come de Mark Waid ambas dibujadas por el “utrarealista” Alex Ross que nos muestran este tipo de historias. Que nos hablan de la poetica que encierra la figura del superhéroe. Con el fin del siglo XX llegaba The Authority de Warren Ellis y Bryan Hitch dando otra vuelta de tuerca al concepto del superhéroe creando personajes anarquistas y autoritarios que imponen su justicia a los gobiernos del mundo por la fuerza y rompiendo esquemas con personajes transgresores y pioneros. Incluso, recientemente, Brian V. Vaughn ha dado un paso más allá mostrándonos en su Ex Machina a un ex-superhéroe metido en política.

Ahora, en el presente más inmediato, como comentábamos, el Universo Marvel padece las consecuencias de Civil War de la mano de Mark Millar y Steve McNiven. Con ello Marvel acabó de ponerse al día. Más que eso. Da un salto adelante tomando como referencia esas obras de finales de los 80. Una guerra civil siempre es una lucha fratricida y eso es, ni más ni menos, lo que pudimos ver en los siete números y cómics circundantes a la historia que se nos contó en Civil War. El gobierno ha decidido que los superhéroes, los metahumanos, los "prodigios", que durante tanto tiempo han luchado y salvado el país de numerosas catástrofes y amenazas de manera altruista deben ahora desvelar sus identidades y pasar al servicio del gobierno para ser adiestrados y trabajar para la sociedad con todo nivel de garantías. Los superhéroes son declarados, en sí mismos, armas de destrucción masiva con capas y
máscaras. Proclama entonces el gobierno un Acta de Registro como ya se podía ver en Watchmen. La familia superheroica no tarda en fracturarse en dos bandos: uno a favor del registro, liderado por Ironman y con total apoyo de S.H.I.E.L.D, y otro en contra, con el Capitán America como emblema.

No se puede eludir en ningún momento la carga política de esta historia que tiene total correlación con la situación en que se encontraba Estados Unidos bajo el gobierno de George Bush y su crisis social interna. Ironman, personaje a favor del registro, es un destacado empresario que se gana la vida vendiendo armas y que esta dispuesto a hacer sacrificios si gracias a ello consigue un bien mayor. Se puede decir, que el mismo menciona antes
Los Iluminati, que su mejor poder resulta ser el adelantarse a los acontecimentos que están por venir. Para el Capitán America el problema no es una cuestión de máscaras sino de personas y libertades. Todo se dispara cuando los Nuevos Guerreros se convierten en centro de atención al intentar detener a unos villanos mientras pa
rticipan en un reality show el cuál acaba en una tragedia con más de ocho cientas víctimas. No son cifras nuevas para el Universo Marvel pero si es nuevo la inclusión de la telebasura en la ecuación. Otro síntoma de los tiempos que corren. Como bien apunta Goliath en el lugar de la tragedia, en la que es imposible no recordar el 11-S, aquello es la gota que colma el vaso y desata una verdadera caza de brujas. Los mutantes había sido hasta ahora los perseguidos, rechazados y temidos, ya que ellos nacieron como lo que son y eso les hace diferentes. Los superhéroes, en cambio, no lo son porque nazcan para serlo sino porque eligen serlo y eso es algo que un mutante no puede ganarse. En el mundo de Civil War la máxima d e J.J. Jameson, siempre aplicada con saña a Spiderman, acaba siendo una realidad para el mundo: los superhéroes son una amenaza.

Cine Om - Valkiria de Bryan Singer


Bryan Singer anda algo gafado últimamente. Después de abandonar la franquicia de X-men que le dio sus mayores éxitos después de Sospechosos Habituales por contar de nuevo la historia de Superman que ya nos había contado Richard Donner en los años setenta se embarcó en su proyecto Valkiria. Desde luego, en principio, un giro de noventa grados a lo que venía haciendo. El estilo de Bryan Singer se podría asimilar al de Steven Spielberg, por su factura visual especialmente (no es casual que la película favorita de Bryan Singer sea Tiburón), pero una cosa le diferencia del antiguo Rey Midas del cine: Steven Spielberg consigue resultados en menos tiempo y con presupuestos más ajustados.

Valkiria no ha funcionado bien. Tenía todo a favor: un reparto envidiable, una presupuesto alto y una historia, que aunque ya había sido contada en otras ocasiones, aún podía dar una nueva visión. Pero, curiosamente, lo que ha fallado es el componente humano. Muchas criticas apuntan el problema: la falta de alma del producto de Bryan Singer. Yo no diría tanto pero sí hay un problema en el guión a la hora de abordar la historia. En ningún momento sentimos el horror de la guerra. No se profundiza en las razones y los porqués de que los personajes actuen como lo hacen o, si lo hacen, pasan por encima rápidamente como es el caso de Claus Von Stauffenberg personaje interpretado por Tom Cruise. El resultado es demasiado corporativo y frío lo cuál no permite identificarte con el sufrimiento ni con la tensión que intenta imprimir la película.

Tom Cruise cumple, no es el mal actor que muchos pretenden y lo ha demostrado en películas tan dispares como Magnolia, Entrevista con el Vampiro o Tropic Thunder, pero, en este caso, como el resto de actores de la película no tiene matices que le ayuden a enriquecer su actuación. Bill Nighy, Kenneth Branagh o Tom Wilkison realizan buenos trabajos y se notan sus tablas. La película es visualmente impecable y la banda sonora es correcta e intenta imprimir esa tensión necesaria en una película de intriga como esta que relata el atentado que sufrió Hitler en 1944 por una facción traidora dentro de su propio ejército. Pero no funciona... del todo.

Si la historia no se hubiese centrado tanto en un punto de vista de los altos mandos militares, hubiese echado la vista atrás de vez en cuando y hubiese ahondado más en la psicología de los personajes protagonistas estaríamos ante una película que tendría todas las papeletas para ser una de las grandes. Desafortunamente Bryan Singer ha imprimido el mismo espíritu a esta que a su saga de los X-men sin tener nada que ver los nazis con los superhéroes. Ambas son películas con una fotografia impecable donde abundan los tonos azules y grises y una puesta en escena sobria. Lo cuál hace que estés esperando el momento en el que Tom Cruise sacará sus garras y empezará a matar nazis como loco.

En definitiva, la historia, en manos de Bryan Singer, parece un juego de niños que resulta poco creíble aunque las dos horas que duran la película no se hacen largas ni mucho menos ni estemos hablando de un mal producto. Valkiria sube el nivel de lo que podamos haber visto últimamente en cine pero se queda a medio camino de ser una película a recordar. Y en cuanto a Bryan Singer ha demostrado ser capaz de buenas cosas y en Valkiria podemos ver algunos retazos de su talento como cinesta en pequeñas escenas visuales, contadas, a lo largo de la película que representan casi metáforas visuales como esa breve imagen de un mosquito siendo quemado por un cigarrillo. Otra vez será.

15 de febrero de 2009

-Clerks 2 de Kevin Smith-


Kevin Smith regresa con la segunda parte de su opera prima que en 1994 le abrió las pequeñas puertas del cine independiente. Director, guionista de cine y cómics, puta de la premsa como él se califica, Kevin Smith ha sido capaz de lo mejor en casi todos estos campos y también, a veces, de lo peor. Clerks II no es lo mejor de este director. Antes hay que reseñar títulos como Mallrats, Persiguiendo a Amy o la primera parte de esta misma película, Clerks, que, sin duda, es bastante superior a esta secuela. Aún así no es una película que le desmerezca y recupera en parte cierto tono que había perdido Smith, sobre todo, en su última película Jersey Girl aunque mantiene también cierta noñeria en la que últimamente esta cayendo su director. Debe ser la edad. En Clerks II sigue destacando el personaje de Randall por encima de todo pero si en Clerks su pareja acompañante era Dante en esta segunda parte los mejores momentos son aquellos en los que interviene junto a la nueva adquisición de la casa Smith, Elias. Las trilogias de El Señor de los Anillos y Star Wars o los Transformers sirven para crear dialogos desternillantes y de "reflexo-frikismo" que contrastan con esa parte de la película en la cual decae el interés protagonizado, en exclusiva, por Dante y sus amorios. Y no falten, por supuesto, Jay y Bob el Silencioso, ni el cameo obligatorio de Ben Afleck -muy breve esta vez- o de algún otro amigo de Kevin Smith. Ese tipo de cosas que conforman el peculiar universo -siempre friki- de Kevin Smith.


11 de febrero de 2009

Doraemon, El Gato Cósmico



Aunque a algunos se lo parezca Doraemon no es una creación tan moderna. Es uno de los mangas y una de las series de más éxito de Japón y aún hoy se sigue emitiendo. Fujimoto Hiroshi y Motoo Abiko, bajo el pseudónimo de Fujiko F. Fujio, fueron sus creadores en el papel allá por el año 1969. ¿Quién no conoce a Doraemon? Un androide con forma gato que tiene proporciones más bien bajas, oficialmente 129 cm, y que con sus 129 Kg es tirando a obeso de tipo estadounidense. De color azul epiléptico no tiene orejas porque se las comieron los ratones –de ahí su miedo a estos seres- y posee un bolsillo “mágico” en la panza similar a la bolsa marsupial de los canguros y de la cual saca todo tipo de artefactos. Eso por no mencionar su capacidad para hablar, sentir y razonar como una persona humana. ¡Y si le tiran de su cola deja de moverse! Aunque esto, bien pensado, es algo que le puede ocurrir a casi cualquier macho de cualquier especie animal con órganos reproductivos. Doraemon, resumiendo, es lo que cualquiera imaginaría cuando piensa en el gato que uno querría tener, ¿o no? En el olvido quedan datos desconocidos para el público en general como el hecho de que Doraemon es capaz de saltar hasta 129,3 cm o correr a 129,3 km por hora. Quizá sea, porque viendo su esbelta figura, no hay quién se lo crea.



Doraemon viene del futuro. Tiene una misión que cumplir. No viene para evitar un cataclismo. Ni para alertar al mundo de una posible invasión extraterrestre. Ni para predicar el nuevo evangelio. Con él no se inicia el fin de los días. Ni tan siquiera para matar a John Connor el líder de nuestra futura resistencia contra las máquinas como todos sabéis. Nada de parafernalia moralistas sobre el futuro que nos merecemos ni mensajes medioambientales para tomar conciencia del peligro de la actitud humana en su relación con el planeta Tierra. Su misión, simplemente, es cambiar el futuro ayudando a malcriar a Nobita -un personaje que parece estar inspirado en Bill Gates- para que la familia para la cual “trabaja”, descendientes de Nobita en realidad, tengan un futuro prospero y no malvivan en el siglo XXII del que supuestamente procede Doraemon. Vemos aquí, por fin, una historia inteligente y realista respeto al concepto de la ciencia-ficción y los viajes en el tiempo. ¿Para que utilizaríamos una máquina del tiempo si la tuviésemos? ¿Para hacer turismo? ¿Para salvar el mundo o mejorarlo? No. ¡A la mierda con eso! Para nuestro propio beneficio personal. ¡Como debe ser!


Resulta que el tataranieto de Nobita y su familia, en el siglo XXII recordad, viven en pobreza a causa de errores que cometió el primero cuando aún era joven. ¿Cómo es posible que Nobita, después de más de un siglo y medio, haya creado una deuda tan descomunal a sus descendientes? O aquí alguien miente o Nobita, al crecer, se dio a unos vicios muy poco sanos y muy caros… El caso es que, para corregir esto, su tataranieto envía a Doraemon al pasado. Doraemon se convertirá entonces en una especie de niñera para Nobita. El caso es que a nadie le parece raro, en todo el barrio, el nuevo amigo que se ha echado Nobita. ¡Ni siquiera sus padres llegan nunca a decirle nada de que haya acogido así, por las buenas, a un gato cabezón en casa! No sé produce el ningún momento la típica conversación entre padre e hijo que todos hemos tenido “Luego no lo vas a cuidar”, “No tenemos espacio para él”, etc. Sus amigos nunca le preguntan porque su gato es más inteligente que él o porque habla. No aparecen tas televisiones y las radios para hacerse eco del nacimiento de ningún gato mutante o no aparece el FBI para intentar atraparlo como le paso a ET. Supongo que estas cosas sólo pueden pasar en Japón.



Pero lo que me perturba de esta serie son esos descendientes del futuro de Nobita. En ese futuro del que viene Doraemon se han creado maravillas tecnológicas del calibre de un casco volador y otros tantos muchos más estúpidos pero, al parecer, la inteligencia de la humanidad ha sufrido un considerable retroceso. Porque la pregunta que cabe hacerse, llegados a este punto, es, ¿una familia con un poder adquisitivo tal que es capaz de dotar a su gato androide de lo mejorcito de la tecnología de su tiempo y transportarlo en una máquina del tiempo como puede encontrarse en la pobreza? ¿No es eso como si Bill Gates no tuviese para coger el autobús? En cierto capítulo un día Nobita quiere comprarse una bici –cual Zipi y Zape- pero sus padres le dicen que naranjas de la China porque no les llega con paga extra. Así que Doraemon tiene una brillante idea: ingresar dinero en un banco a plazo fijo de 100 años para conseguir unos buenos intereses. De esta manera, según Doraemon, “al cabo de diez años se dobla el capital inicial y al cabo de veinte se multiplica por cuatro…” y así hasta los cien años en que habrá aumentado 1024 veces. La máquina del tiempo que Doraemon posee hará el resto.


Realmente ingenioso. Y me pregunto yo, ¿esto no se les ha ocurrido a los descendientes de Nobita para solucionar sus problemas que al parecer rozan el umbral de la pobreza? No me dirán que sea porque no quieran alterar la continuidad del espacio-tiempo porque su ridículo plan de “educar” a Nobita se pasa esa regla por los cascabeles de Doraemon. Si es cierto que Fujimoto Hiroshi y Motoo Abiko no son George Orwell y Paul Verhoven y de esa realidad futura no se nos cuentan los pormenores socioeconómicos de la época y eso, precisamente, nos lleva a desconfiar que aquí hay gato encerrado. Nunca mejor dicho. ¿Y si en realidad Nobita si es John Connor? ¿Y si Doraemon no es tan bueno como aparenta? ¿Y si es satánico como anunciaban algunas asociaciones de padres de nuestros país? Nobita es mal estudiante, es vago y es el centro de las burlas de sus compañeros de clase. Gafotas, cuatro ojos, capitán de los piojos. Siempre que tiene algún problema acude a Doraemon para que le proporcione algún aparato para vengarse. Una joya de chaval, vaya. ¿Tanto recursos y esfuerzos se merece?


Nobita está enamorado de Shizuka (o algo así), que es básicamente la única amiga que tiene, y en el futuro se casarán. ¡Ojo! Él estaba destinado a casarse con la hermana de su acérrimo amigo-enemigo, Gigante, pero Doraemon le asegura que si hace las cosas bien podrá cambiar eso y casarse con Shizuka. No se sabe porque extraña razón Shizuka accedería a tal propuesta pero asumimos que será a través de algún tipo de chantaje o extorsiones. Pero aquí me surge otra duda. Yo no soy un experto en la materia pero, ¿qué tipo de universo espacio-temporal estamos defendiendo? Porque es obvio que todo esto se hace para cambiar el triste futuro de los descendientes de Nobita pero si en ese futuro estaba casado con la hermana de Gigante si eso cambia ahora y lo hace con Shizuka, ¿no esta eso condenando posiblemente, es un supuesto, la existencia de todos sus descendientes? ¿De qué se trata esto? ¿De un suicidio colectivo temporal?



¿Y como acaba todo esto? Pues no lo sabemos. Doraemon es a día de hoy aún una serie abierta con más de 1000 capítulos en su haber y esta destinada a perpetuarse ad infinitum. Sí existen, según informa la wikipedia, varios guiones que presentan diferentes posibles finales para la serie pero inconclusos y, a día de hoy, descartados. Ha circulado la leyenda urbana también de que existe un capítulo especial que presenta un final en el cual, siguiendo los pasos de Abre los Ojos, se desvela que Doraemon es un sueño de Nobita mientras éste se encontraba en coma. Alguna otra leyenda urbana hace referencia a que un día, Nobita se puso a llorar sobre Doraemon, y al mojarlo con sus lágrimas lo estropeó. Desde entonces no paró de estudiar para poder algún día arreglarlo. Este final de cuento clásico tampoco es muy fiable.


Yo creo que un buen final para la serie sería ver a Doraemon sacrificándose de verdad por Nobita y muriendo al ser devorado por las ratas. Nobita intenta varias veces cambiar el futuro para evitar la muerte de Doraemon pero nunca lo consigue y las cosas empeoran. Nobita presa de su dolor, al perder a su gran compañero, entra en una profunda depresión y al final se convierte en el responsable de destruir la continuidad espacio-temporal y condenar al universo a su desaparición. Esa es mi propuesta pero vosotros podéis tener la vuestra. ¡Faltaría más! Aunque el final que todos quisiéramos ver cuando pensamos en Nobita es, sin duda, el siguiente. No me digais que no que habéis pensado lo mismo un montón de veces.




-Thunderbolts de Warren Ellis y Mike Deodato-

En la actual serie del disfuncional supregrupo de los Thunderbolts el guionista Warren Ellis nos depara todo un mosaico de personalidades obsesivas, bipolares y sin escrúpulos, el cual desemboca en un cómic lleno de acción y vísceras e incluso sangre aunque no sea de color rojo. Estos no son los Thunderbolts de antaño, eso estaba claro desde el primer número. Es una forma más realista y menos utópica de abordar a los personajes. Supervillanos trabajando para el gobierno que pretenden expiar su culpa con la sociedad, hacer realidad sus deseos (más o menos oscuros) o aceptar su condición. Y siempre hay un par de elementos que no comulgan con eso de la redención.

Estamos hablando de un grupo comandado por Norman Osborn, alias el Duende Verde, cuyos rasgos paranoides y esquizofrénicos son perfectamente retratados por Warren Ellis y cuya facción, por obra y gracia de Mike Deodato, es la del actor Tommy Lee Jones. Esa es una de las curiosidades del trazo de Mike Deodato, su interés por tomar modelos para sus personajes extraídos de la cultura popular que pueden ser más o menos reconocidos por el lector. Aunque puede ser, a la larga, un recurso repetitivo que contrasta con su trabajo fuera de los primeros planos que no llega a estar a la altura del resto de su trabajo donde abundan las líneas poco definidas y sucias. Su versión de Venom, sin ir más lejos, es llamativa por su presencia física pero no por ello resulta atractiva. Nadie ha vuelto a dibujar a este personaje como John Romitta Jr.

La rebelión interna en el grupo y las conspiraciones están servidas pero lo que sostiene el cómic es la buena labor de Warren Ellis para presentarnos los egos desbordados de los personajes. Tenemos un cómic ameno pero que sabe a poco pese a que su tratamiento es excelente tanto en las escenas de acción como en los diálogos. Warren Ellis demuestra que no hay personajes malos sino buenos guionistas y sabe hacer interesantes, es más, sabe dotar a estos de una profundidad pasmosa en sólo unas viñetas, a pesar de que carguen con nombres tan poco agraciados o risibles como Hombre Radiactivo, Pájaro Cantor o El Espadachín. Mención a parte para el trabajo de Marko Djudjevic con las portadas de la serie que merece todas las alabanzas posibles.

-Invencible : Tres Son Multitud de Robert Kirkman y Ryan Ottley-

Robert kirkman es uno de los talentos más interesantes del cómic norteamericano actual y lo es por meritos propios. Alguien que es capaz de escribir un cómic mensual de terror como Los Muertos Vivientes, que no pierde fuelle en ningún momento, para luego pasar a hacer los guiones de un cómic superheroico como Invencible se tiene merecida su fama. Ni Brian K. Vaaughan, ni Brian Michael Bendis o Mark Millar, tienen la frescura y la sencillez y, sobre todo, la originalidad con la que Robert Kirkman aborda sus proyectos e historias, pese a ser estos, normalmente, guionistas destacados del mainstream. Este mes Aleta Ediciones acaba de publicar el tomo número nueve de Invencible: Tres Son Multitud, y eso siempre es una buena noticia. En Estados Unidos, no obstante, se han publicado ya dos tomos más y la serie ha sobrepasado su capitulo número cincuenta donde se avecinan grandes cambios. En este tomo de Invencible el siempre acertado Robert Kirkman sigue hilando y entrelazando sus tramas con su habitual sencillez y buen hacer. Nunca sabes que te vas a encontrar en este cómic y cuando crees que las cosas parecen claras ahí esta un nuevo chiflander para quitarte esa idea de la cabeza. Las tramas de Robert Kirkman nunca mueren, sólo mutan, lo que hace a sus historias fluidas y sorprendentemente realistas. Y eso tiene mérito hablando de un cómic donde abundan los viajes en el tiempo, las realidades paralelas, los recurrentes viajes espaciales y villanos, clones, superhéroes, científicos locos y monstruos de todo tipo. Lleno de diálogos, sencillos y desvestidos de cualquier pedantería, y con un humor que echa una mirada a la vez cínica y amable sobre el genero. Y un poco de amor verdadero se podría añadir. Lo tiene todo. Y lo que no seguro que esta por venir.

Una de las virtudes de Robert Kirkman es, como decía, saber mantener esas tramas e ir postergándolas en el tiempo hasta que un día explotan y pasan de ser simples anécdotas a ocupar el centro argumental del cómic. Y todo esta ahí predicho y anunciado desde el principio pero nunca lo ves llegar. Es por eso que no estamos hablando de un cómic de superhéroes al uso donde el protagonista se enfrenta cada mes a un amenaza diferentes y al mes siguiente si te he visto no me acuerdo. Y que tampoco se sirve de "macro-eventos" cada cierto tiempo para sacar de la rutina a la serie. Invencible no necesita de eso porque esta en constante evolución. Su mundo se va moviendo y expandiendo capítulo a capítulo y Robert Kirkman lo hila perfectamente y no tiene miedo de trascender el género porque aunque el cómic se vale de los tópicos de siempre él sabe darle un enfoque original y novedoso. Puede que guste o no pero no es lo mismo de siempre. Por otro lado, el dibujo “cartoon” de Ryan Ottley, lleno del impecable colorido de Bill Crabtree, es perfecto para Invencible. Lleno de detalles donde se pueden apreciar las expresiones de los personajes sin esforzarse uno en buscarlas como suele ocurrir en muchos cómics del género de hoy en día que se han sumido en un oscurantismo propio de novela negra, como pasa en la mayoría de cómics Marvel, y que acaban siendo rutinarios. Este tipo de dibujo, combinado con los diálogos de Robert Kirkman, se complementan y consiguen que te leas el tomo en apenas media hora. Eso sí, Invencible no es un cómic para tomarse en serio, aunque tenga importantes y poderosos interludios dramáticos más que logrados sino que hay que leerlo con una mente abierta dispuesta a darse cuenta del tono de la serie.

En Tres Son Multitud encontraremos la solución, en apariencia, a la trama de Robot que se resuelve, como no, de manera inesperada. También aparecen los ya entrañables Hermanos Mauler, se adelantan nuevas tramas y se realizan guiños a las que ya llevan un tiempo con nosotros. El arco central de este tomo se divide en dos partes. Por un lado se profundiza en la relación de Mark Gryson, alias Invencible, con su actual novia Amber y con su compañera y amiga de profesión Atom Eve. Robert Kirkman establece un triangulo amoroso sin recurrir a manidas escenas o diálogos de toda la vida. Aquí se forma de una manera tan natural y humana que uno sólo puede disfrutar de las divagaciones de los personajes. En la parte más superheroica del cómic la amenaza más importante esta vez se hace llamar Ángstrom Levy que nos lleva a una batalla entre mundos paralelos a la vez dramática y cómica, algo que Robert Kirkman sabe combinar como nadie. Geniales resultan los guiños de Robert Kirkman a esos otros mundos paralelos por los que se mueven los personajes donde podremos ver desde referencias a alguna otra serie suya, no diré cual, a encuentros “velados” con personajes de otras realidades y cómics que todo el mundo podrá reconocer. Y esta es otra de las habilidades de Robert Kirkman. Ya que en Invencible podemos encontrar siempre guiños a series, personajes clásicos o reinterpretaciones de estos o de sus habilidades que siempre resultan llamativas y entretenidas. Y, como no, el tomo acaba con un chiflander, relacionado esta vez con el padre de Mark, que nos deja con ganas de seguir leyendo. Si aún no habéis leído Invencible no sabéis lo que os estáis perdiendo.

8 de febrero de 2009

-Tokyo Babylon de Clamp-



Governmental consumer purchase good desing of gabo in all white license as a communicator as a year ago everyyone on pistol grips. When a Food Agency may purchase on a tender, and she
TOKYO BABYLON
A SAVE FOR TOKYO CITY STORY

Desde hace siglos, dos familias se disputan, de alguna manera, el control de Japón. Los Sumeragi son conocidos como los protectores de la paz, son maestros del onmyou y se esfuerzan por traer la armonía al mundo y ayudar a los necesitados. Sus enemigos acérrimos son los Sakurazuka, un clan de ninjas asesinos cuyo lider es también conocido como el Sakuratsukamori, un asesino despiadado que no alberga sentimientos. Desde hace generaciones ambos clanes han estado enfrentados, y muchos Sumeragi han muerto a manos de las ilusiones mortales del Sakuratsukamori de turno. Incluso el padre del actual líder sucumbió ante el enemigo.

En la actualidad, Subaru Sumeragi, de tan sólo 16 años, es el decimotercer líder de su familia, pero quizá es demasiado joven para ese cargo. Educado por su abuela, una dama muy estricta, Subaru se traslada con su hermana gemela Hokuto a la capital japonesa, donde se gana la vida practicando sus artes y ayudando a los demás. Pronto conoce a Seichiro Sakurazuka con el cual, a pesar de formar parte de la familia rival, Hokuto y Subaru establecen una profunda amistad. Seichiro incluso se confiesa enamorado de Subaru.


"Aunque tu corazón esté herido, no sangra.
Así que tu cuerpo es incapaz de comprender qué es lo qu
e te duele.
Los sueños son una forma de indicarnos dónde y cómo ha sido herido nuestro corazón"

Advertencia: ¡Posibilidad de spoilers muy alta!

Esta es la sinopsis de Tokyo Babylon a grandes rasgos sin desvelar más allá de lo eséncial. Aquellos que hayan leído el manga sabrán que es una historia bastante trágica. Seichiro se acaba desvelando como el Sakuratsukamori y matando a Hokuto, la hermana de Subaru, siendo este la próxima presa de Seichiro. Así es como acaba el manga después de sus siete tomos y sus once capítulos. Un final muy abierto que tiene su segunda conclusión en otra serie de las Clamp: X/1999. Ambas obras de lectura indispensable.

El personaje más llamativo de Tokyo Babylon es, sin lugar a dudas, Seichiro Sakurazuka, un personaje que se caracteriza por su total auséncia de cualquier tipo de moral. Es el asesino perfecto: frío y sin compasión o resentimientos. No por casualidad se convirtió en el nuevo Sakuratsukamori después de matar a su propia madre. Con el beneplácito de esta ya que ese es el destino del asesino de asesinos. Al igual que él había matado a su madre y esta moría a manos de la persona que más había querido ella le revelo que a él le aguardaba el mismo final legando su título de Sakuratsukamori. Ya se evidencia aquí ciertas reminiscencias de antiguos mitos y leyendas entroncados con oráculos y profecías de los que los mangas de las Clamp están plagados aunque nunca se los nombre como tal.

A Seichiro no le sorprendió ni le intimido esta revelación. Es por ello que creo que hizo aquel trato con Subaru aquella primera vez en que se encontraron. Seichiro simplemente quería probarse y aquella situación le pareció la idonea. Quería comprobar, si como le advirtió su madre, sería capaz de amar o como él seguía pensado era imposible que él llegase nunca a amar a nadie. Seichiro hizo aquel trato con Subaru cual Mefistófeles y borro de su memoria todo rastro de aquel suceso dejando en sus manos la marca del Sakuratsukamori -la estrella invertida de cinco puntas en contraposición a la del clan Sumeragi, la estrella tradicional de cinco puntas, con la que se acabará fundiendo en una sola- para poder encontrarlo de nuevo. Desde aquel día Subaru lleva guantes en sus manos protegidos por un conjuro de su abuela que le aconsejo no quitarselos nunca. Subaru obedeció sin saber nunca el porqué.

El trato entre Seichiro y Subaru era sencillo: Seichiro pasaría un año en contacto con Subaru y si durante ese tiempo conseguía que sintiese algo por él le perdonaría la vida. De lo contrario moriría como estaba previsto. Lo cierto es que, a pesar de ser un ser que no es capaz de sentir nada, el Sakuratsukamori o Seichiro, sabe interpretar, imitar o manipular a la perfección las emociones y sentimientos humanos. Durante ese año así lo demuestra llegándose a confesar interesado en Subaru. Al final descubriremos que esto, tal vez, no era exactamente así y Hokuto y Subaru descubrirán la verdad sobre Seichiro: es el Sakuratsukamori y les ha engañado totalmente a ambos. Seichiro revela toda la verdad a Subaru dentro de una ilusión mortal disfrazada de sueño. Él marco sus manos el dia que le descubrió junto a un cerezo con una de sus victimas. Subaru escapa de esa ilusión gracias a la intervención de su abuela con una mano rota y en estado de shock después de descubrir que la persona de la que, por fin, se había descubierto enamorado es un asesino. Seichiro y Subaru compartían una cosa: su miedo -entre comillas para Seichiro- a enamorarse.

Subaru es un personaje frágil e inocente que se implica demasiado en las desgracias de los demás lo cúal complica su trabajo en ocasiones -él es un medium- y que de alguna manera le aísla del mundo. Esto es un tópico sobre el trabajo de los mediums que podemos ver en películas como El Sexto Sentido y en la mayoria de mangas sobre el tema. Cuando uno esta en cotacto con dos mundos, como Subaru, al final se acaba decantado por uno de ellos. Lo cual implica descuidar el otro o olvidarlo en el peor de los casos. De hecho, a Subaru se le puede aplicar muy bien esa cita del mundo Marvel que dice "Todo gran poder conlleva una gran responsabilidad". Hokuto sabía todo esto porque su don es “saber lo que siente el corazón de Subaru”, es su gemela, y también sabía que el día que Subaru amase a alguien y que, por desgracia, pudiese equivocase de persona él moriría. Y así, en cierta manera, ocurrió.

Hokuto busco entonces a Seichiro y le pidió que la matase utilizando antes un hechizo que sólo ella conocía con el que consiguió intercambiar su destino con el deparado para Subaru. Así se lo hizo saber a Seichiro y le advirtió que si él utilizaba este mismo hechizo contra Subaru este se volvería contra él. ¿Quiere decir esto que Subaru estaba destinado a morir a manos de Seichiro sin convertirse en el nuevo Sakuratsukamori? Hokuto le dio la vuelta a todo y con su sacrificio provocó que Subaru estuviese destinado a matar a Seichiro. ¿Hokuto realmente intercambio su destino con el de Subaru o, en realidad, fue con el de Seichiro? Es algo que me he preguntado alguna vez. Pero no hay nada que respalde esta teoria. Hokuto dio la vida por Subaru que, de otra manera, habría muerto, literalmente, por amor.


Subaru despertó de su shock presintiendo la muerte de su hermana y jurando matar a Seichiro. Desde ese momento aquel fue su único objetivo y deseo. El dolor de Subaru es aún más grande por un hecho que quizá pueda pasarse por alto o parecer absurdo pero que esta ahí. En Tokyo Babylon, después de la muerte de Hokuto, Subaru se mira al espejo y después de ver su reflejo exclama “hola, hermanita” y lo rompe en pedazos. Hokuto no era sólo su hermana si no que era su gemela y apurando mucho: su única amistad. Pero que sea su gemela significa que cada día la ve en su reflejo y reconoce que esta tan muerto como ella. La ve cada día y recuerda las promesas que se hicieron de cuidar el uno del otro siempre. Sólo Kamui, en X/1999, conseguirá, en cierta manera, "recuperarlo".

La frustración de Subaru no sólo se nota en sus palabras o en sus acciones. Es obvio que su carácter ha cambiado al finalizar Tokyo Babylon pero ese cambio lo podemos notar también, por ejemplo, en su vestuario: este se aleja paulatinamente de su excentricidad y complejidad con que Subaru vestía en los primeros capítulos para acabar con un estilo mucho más sobrio y sencillo. Un rasgo claro de depresión. La inocencia de Subaru ha muerto y como vemos en el último capitulo a pesar de seguir con su trabajo y de ser tan perceptivo como siempre su implicación emocional ha sufrido ciertos cambios además de copiar hábitos de su enemigo: como el de fumar. Para matar a Seichiro debe convertirse en él, lo que Subaru no sabe aún es que esa máxima será más literal de lo que piensa.

Pero, ¿por qué Seichiro no busco a Subaru cuando ya estaba marcado como su presa? Puede haber diversas razones para ello. Pudo ser debido a que Seichiro mintió a Subaru cuando le dijo que después de un año no sentía nada por él. O pudo ser porque, inesperadamente, la abuela de Subaru lo salvo de la muerte y su hermana dio la vida por él de manera que Seichiro, desde aquel momento, supo que si volvía a ver a Subaru probablemente moriría. Quizá, simplemente, no fuese el momento pero creo que Seichiro ya tenía claro que Subaru sería su sucesor. ¿Sabía, por otro lado, que estaba destinado a ser uno de los Dragones de la Tierra? ¿Sabía que Subaru sería uno de los Dragones del Cielo? En definitiva es un punto que poco importa.

“Puede que la gente haga cosas malas porque están tristes”. Con esa frase termina Tokyo Babylon. Una frase que parece encerrar más de lo que parece. La tristeza es una emoción y eso es algo que supuestamente no puede sentir el Sakuratsukamori. ¿Pero esto es así? Recuerdo una escena de El Velatorio, el último arco argumental de la serie The Sandman de genial Neil Gaiman. En dicha historia se narra la muerte “consentida” de un personaje y en algún momento de la historia otro personaje dice lo siguiente: “A veces, uno debe cambiar o morir. Creo que él halló el límite de cuanto podía dejarse cambiar”. Esto es exactamente creo lo que le ocurrió a Seichiro. Fuera de que llegase a amar o no a Subaru la realidad es que algo había cambiado dentro de él y él no podía cambiar. No podía dejar de ser el asesino de asesinos.


Todo esto nos lleva a un desenlace y a un hecho objetivo que aparecen en X/1999: el "suicidio" de Seichiro. El destino de Seichiro y el de Subaru se consumió cuando el primero utilizo aquel hechizo sobre el que Hokuto le advirtió. Subaru se convertía así en el nuevo Sakuratsukamori llorando la muerte de Seichiro mientras este no conseguía esbozar de sus labios ese anhelado "te quiero". ¿Se agoto su tiempo o se lo callo? Creo que la respuesta se puede encontrar en las imagenes del manga en las cuáles se puede apreciar la paz y la bondad en el rostro de Seichiro que antes sólo podíamos intuir como fingida en Tokyo Babylon.
Otra pregunta que me he hecho alguna vez referente al Sakuratsukamori rota sobre su inclusión dentro del bando de los Dragones de la Tierra. ¿Realmente este era el bando en el cúal encajaba Seichiro? Algunos detalles me llaman la atención. El Sakuratsukamori es un asesino orgulloso de su trabajo. No siente nada por los humanos más que indiferencia, como si él perteneciese a otra especie diferente. Pero, ¿de verdad esa indiferencia se convierte en el odio necesario para decidir acabar con la humanidad? Es más, siendo quién representa ser, ¿le conviene a Seichiro la destrucción de la Tierra? En Tokyo Babylon además se nos descubre como utiliza a animales indefensos para desviar los efectos malignos de la práctica de sus hechizos que de otra manera se volverían contra él. Lo que demuestra que tampoco tiene ningún respeto ni amor por la naturaleza que, a priori, es una de las razones para estar en el bando de los Dragones de la Tierra.

Subaru, de hecho, tiene más motivos para estar en ese bando que el propio Seichiro pues Subaru es medium y suele convivir con otra realidad espiritual conectada con la tierra -Tokyo Babylon esta lleno de mensajes ecológicos y sociales que son eje central de muchos capítulos de la serie- y, por lo tanto, no sería extraño que defendiese la regeneración de esta y de un nuevo nacimiento espiritual. Pero en un primer momento Subaru optó, si es que pudo elegir, por los Dragones del Cielo, pues su naturaleza no le permite hacer daño a ningún ser vivo -aunque este desconectado de ellos- y es un nexo que no puede romper. Subaru elige que todo permanezca igual. Seichiro elige el cambio y eso es lo remarcable: que alguien que no puede cambiar desee hacerlo.

Antes de la muerte de Seichiro, Fuuma, líder de los Dragones de la Tierra en X/1999, había herido a Subaru en el ojo dejándole ciego. El mismo ojo que tiempo atrás Seichiro perdió por proteger a Subaru del ataque de una madre desconsolada. Y este hecho fue, en realidad, una especie de liberación para Subaru pues, a pesar de que su único objetivo en la vida se había convertido en matar a Seichiro aún se sentía culpable por el hecho de que Seichiro, en aquella ocasión, perdiese su ojo protegiéndole. En su inconsciente Subaru se culpaba aún de ese hecho pues lo veía como el momento determinante que pudo transformar a Seichiro para bien o para mal. Fuuma le concedió su deseo. Seichiro creía que el deseo de Subaru era matarle -pero como Fuuma sabía que pasaría se equivocaba- y ello se debió a que "subestimo" a Subaru y pensó que después de todo lo pasado el corazón de Subaru sólo podía albergar rencor y venganza. Es el momento en el cúal Seichiro ve más claro que nunca su destino. Seichiro, antes de morir, le dejo a Subaru su único ojo sano que este acepto para cumplir con la misión de Seichiro. Para seguir su destino y para que todo el dolor y el sufrimiento tuviese una explicación. Para que las muertes de Seichiro y su hermana Hokuto tuviesen un sentido. No le quedaba ya otra motivación en la vida.

Por ello Subaru no sólo se convirtió en el nuevo Sakuratsukamori, uniendo irónicamente en uno solo al clan
Sumeragi y al Sakurazuka, si no que le sucedió como Dragón de la Tierra abandonando a los Dragones del Cielo. Pero Subaru no es un asesino, nunca lo ha sido, y, aún formando parte de los Dragones de la Tierra, no siente ningún interés por nada. No sabemos aún que será de Subaru pues X/1999 aún es una serie abierta, muy abierta diríamos, y sólo las Clamp saben cual será el verdadero final a esta historia. Hay cabos sueltos y aún la historia de Subaru y Seichiro podría dar otro vuelco como parece indicar la comentada pertenencia de Subaru a los Dragones de la Tierra o el hecho de que Hokuto también haya aparecido en la serie junto a otro de los personajes de la misma: el vidente de sueños Kakyo. ¿Esta ya todo contado? Esperemos que no.

Valoración: 8/10