28 de febrero de 2010

Cine Om -Up in The Air de Jason Reitman-

Jason Reitman con Up in The Air vuelve al ataque con una de sus ya habituales comedias cínicas de corte posmodernista, de importante calado social y humano, como lo fueron en su momento Gracias por Fumar y Juno con la que acabó ganando en 2007 el Oscar al Mejor Guión Original escrito por Diablo Cody (seudónimo cool de Brook Busey-Hunt). Jason Reitman, hijo del también director Ivan Reitman (que desde Los Cazafantasmas II ha ido sobreviviendo en la industria con productos menores como Seis Días y Siete Noches, Evolution o Mi Super Ex-Novia), ha conseguido un cierto reconocimiento en Hollywood por sus últimos trabajos lo que le ha llevado a que este año Up in The Air haya sido nominada en seis categorías diferentes de los premios Oscar entre los que se incluyen los de Mejor Película, Mejor Director, Mejor Guión Adaptado, Mejor Actor para George Clooney y Mejor Actriz de Reparto en dos ocasiones para las actrices Vera Farmiga y Anna Kendrick. La película ya ha sido premiada, no obstante, con el Globo de Oro al Mejor Guión escrito por el propio Jason Reitman en colaboración con Sheldon Turner que a su vez esta basado en la novela de Walter Kim de 2001.

Up In the Air es la historia de Ryan Bringhman (George Clooney) un ejecutivo que trabaja para una empresa de recursos humanos cuyo cargo le obliga a estar viajando de una punta a otra de Estados Unidos continuamente para organizar masivos despidos de personal. Lejos de suponer un problema para él su situación le resulta perfecta para seguir sosteniendo su personal filosofía de vida solitaria, independiente y aislada de todo tipo de rsponsabilidad, compromiso familiar o lazo sentimental. Su único objetivo en la vida es conseguir el récord de millas voladas en una línea aérea pero este parece un poco más lejos cuando su amigable superior (interpretado por Jason Bateman) le anuncia que, debido a la crisis económica, la empresa debe eliminar los gastos de sus viajes. A propuesta de la nueva asistente y piscóloga, Natalie Kenner (Anna Kendrick), los despidos se llevaran a cabo a distancia mediante videoconferencia eludiendo así el factor humano. Ryan Bringhman se muestra en desacuerdo con esta decisión ante lo cual su superior le propone que Natalie y él realizen algunos viajes de prácticas para que ella se pueda poner al día con el trabajo que de verdad realiazan en la empresa.


La película, pese a su contexto, plantea una historia bastante trillada y tópica con la soledad como tema conductor de la trama. En la historia el personaje interpretado por George Clooney es el habitual hombre con miedo al compromiso, inmaduro y cínico que, no obstante, teme hacerse mayor y quedarse solo. Un papel que no es la primera vez que interpreta el actor de Quemar después de leer o Syriana. El resto de personajes protagonistas se mueven en esta misma línea, lo que nos permite ver como cadauno de ellos afronta la soledad a su manera asumiendo ciertos roles que, por otro lado, hemos visto en cientos de películas. Son los ácidos diálogos y las interpretaciones de los actores, todos bastante cómodos en sus papeles, lo que convierten la película en algo atractivo y fresco que puede hacernos creer que nos encontramos ante una historia más original de lo que en realidad es. Por otro lado, la fotografía de Eric Steelberg y la música de Rolfe Kent, son utilizadas con habilidad para crear una atmósfera y un entorno casi paisajística que la hace muy fluida visualmente y que, por momentos, puede recordar a Lost in Translation de Sofía Coppola.


El pulso de Jason Reitman se nota en el tono de la película que, en definitiva, resulta una propuesta entretenida y correcta que destaca por su dirección y por su reparto, aunque por momentos parezca simplemente planificada para el lucimiento de George Clooney, pero que, no obstante, no es lo mejor que nos ha deparado el panorama cinéfilo este comienzo de año. La película, además, parece perder fuelle en su última parte donde el cinismo y la ironía presente durante el metraje casi desaparece para convertirse en una historia de amor algo predecible y tópica. Lo que si queda claro es que George Clooney, a sus cincuenta años, esta en el apogeo de su carrera después de la buena acogida de su última película como director, Buenas noches y buena suerte, y de haber sido reconocido con un Oscar por su trabajo en Syriana en 2006. Todo ello mientras esta a punto de estrenar su última película, también una comedia, Los Hombres que Miraban Fijamente a las Cabras junto a Ewan McGregor, Kevin Spacey y Jeff Bridges.


Ver también:

Los Hombres que Miraban Fijamente a las Cabras

22 de febrero de 2010

-Perdidos: La Filosofía de Simone Regazzoni-


"La isla de Perdidos no es un mundo fantástico e inverosímil,
sino la perfecta alegoría del mundo en que vivimos"


Perdidos es a día de hoy todo un icono pop de esta primera década del siglo XXI y, sin duda, una de las series que más ha influído e influirá en el panorama televisivo y cinematográfico de los próximos años. Esta serie, que se ha ganado un importante círculo de fieles seguidores y de habituales curiosos, ha sabido conjugar acción, misterio, filosofía y ciencia-ficción de una manera novedosa y atractiva para el espectador. En ella no faltan guiños y referencias a la cultura popular, a la historia, a los cómics, la fantasía y a la literatura. Todo tiene cabida en Perdidos y todo elemento es susceptible de ser analizado para pasar a formar parte del gran entramado de la serie que de esta manera se convierte en un gran crisol de interpretaciones, de teorías y de posibilidades. Su devaneo entre la realidad y la ficción la convierte en un juego adictivo y fascinante que traspasa y trasciende la propia pantalla de televisión extendiendo sus redes a través de internet para ir creando todo un mundo paralelo a su alrededor. Su popularidad es tal que la ha llevado a ser referenciada en multitud de medios: programas de televisión, cómics, libros, películas o canciones. Iniciada la sexta y última temporada de esta exitosa serie nos adentramos, cada vez más, en este universo paralelo de ficción mientras las camisetas, los muñecos de los personajes y todo tipo de merchandising nos sigue invadiendo sin darnos tregua.


Dejando a un lado esta marabunta consumista, ciertos sectores académicos, sociólogos y filósofos en concreto, empiezan a hacerse cargo de los planteamientos y de las ideas expresadas en la serie y lo que estas suponen. Cosa que en su momento ya ocurrió con la saga Matrix de los Hermanos Wachowski de la que se publicaron ensayos, artículos y obras de todo tipo analizando la filosofía implícita de las películas. Por ello se debe valorar el interés de este tipo de productos por acercar la cultura del pensamiento y la filosofía al espectador medio. Sobre esta cuestión y otras parecidas nos habla el libro Perdidos: La Filosofía (La Filosofia di Lost) de Simone Regazzoni profesor de la Universidad Católica de Milán y coautor bajo el pseudónimo colectivo de Blitris de La filosofía del Dr. House, La Decostruzione del Politico o Harry Potter e la Filosofia. Simone Regazzoni lo tiene muy claro y para él la filosofía "puede o debe ocuparse de series de televisión" al igual que lo hace del cine o del arte contemporáneo. Y va más allá cuando afirma, no sin cierta razón, que "de hecho, en muchos casos haría mejor en dedicarse al análisis de Perdidos, 24 horas o House que perder el tiempo con la enésima y aburridísima provocación de artista". Toda una declaración de perspectiva en la introducción de una pequeña obra, a modo de ensayo, que intenta mostrarnos las grandes cuestiones que maneja la serie del canal ABC creada por J.J. Abrams, Damon Lindelof y Jeffrey Lieber.

La obra puede llevar a confusión por su título pues en Perdidos: La Filosofía no vamos a encontrar un análisis sui generis de la serie ni una lista comentada de los diferentes guiños y referencias filosóficas que los guionistas manejan en la serie. Perdidos: La Filosofía es un ensayo que nos habla de los temas y cuestiones prioritarios que trata la serie y la manera en que esta lo hace. Temas fundamentales como la búsqueda de la verdad o de conocimiento y la diferencia entre la realidad, el sueño y la ficción. Simone Regazzoni nos ofrece las claves con las que poder, nosotros mismos, interpretar mejor la serie y no perdernos en su narrativa ni en su narración. Según el autor el valor de Perdidos no es otro que el haber conseguido llevar estos temas a los espectadores favoreciendo la creatividad, convirtiendo a todos ellos en potenciales filósofos y liberando así a la filosofía de su academicismo para convertirse en un producto al alcance de las masas. Lo importante, pues, no es donde nos acabará llevando el viaje al final sino las posibilidades que este ofrece, las interpretaciones y reinterpretaciones que de los puntos clave y de las ideas que encontramos a lo largo de la serie podemos hacer y de observar la interesante labor de deconstrucción que esta realiza de la sociedad actual ya que "la isla de Perdidos no es un mundo fantástico e inverosímil, sino la perfecta alegoría del mundo en que vivimos".


Se hace eco Simone Regazzoni también de la pólemica que algunos autores han suscitado sobre la serie al acusarla de romper la balanza entre la realidad y la ficción entre los espectadores y creando con ello un peligroso precedente o de ser una muestra más de la intención del gobierno estadounidense de establecer un "control de pensamiento global" en que la ficción favorecería la pérdida de sentido de la realidad que nos rodea y de nuestro racionalismo. Para el autor Simone Regazzoni estas acusaciones sólo son fruto del prejuicio y el desconocimiento sin tener en cuenta "la nueva narrativa" de la ficción del presente siglo y del papel que la tecnología y el propio espectador juega en ella. Perdidos: La Filosofía es un libro que nos ofrece una perspectiva y una reflexión más allá de la propia serie de la que nos habla con visos de anticiparse a lo que la televisión y el cine de los próximos años nos ofrecerá y que en algunos casos como este ya nos ofrece. La "linealidad de las historias" se va a romper lo cual desembocará en obras más complejas que deberán ser seguidas a través de múltiples medios en las que la complicidad con el espectador y el papel que este jugará serán más decisivos acabando de esta manera con la tradicional pasividad del receptor.


Perdidos: La Filosofía es una obra hasta cierto punto interesante aunque en ocasiones confusa y frustrante respecto a las respuestas que podría buscar un seguidor de la serie al acercarse a este libro y en otras por liosos y embrollados conceptos que se nos intentan explicar. Un estudio que se adelanta a los que seguramente se publicaran una vez la serie llegue a su final, de hecho la obra fue publicada en Italia a la finalización de la quinta temporada, y podamos observar de verdad su eco y repercusión en la ficción actual. Es de alabar, pues, que Simone Regazzoni nos ofrezca una visión abierta sobre este tipo de ficción a pesar de que sus reflexiones se encuentran en ocasiones demasiado "contaminadas" por Jacques Derrida, pensador y filósofo francés contemporáneo conocido por su "pensamiento de la deconstrucción", con el que parece tener una especial comunión y al que suele citar indiscriminadamente. Duomo Ediciones nos ofrece una edición correcta con traducción Mª Ángeles Cabré y con la lista de capítulos de la serie, con fecha de emisión en Estados Unidos y título, de las primeras cinco temporadas y los primeros de la sexta que, a modo de extra, siempre resulta útil en caso de consulta. Una obra que, ante todo, viene a ratificar el éxito de una serie de la que muchos opinan, el tiempo dirá si de manera exagerada, que ya es la mejor de la historia.


Ver también:
Review Lost 6x01 - 6x02 - LA X
Review Lost 6x03 - What Kate does
Review Lost 6x04: The Substitute

The Big Freak-Effect Theory -Expediente (III)- Filosofía de Perdidos-


20 de febrero de 2010

-Thor de J.M. Straczynski y Oliver Coipel-


La actual etapa de J.M. Straczynski y Oliver Coipel en Thor está llegando en nuestro país a su final y se acerca cada vez más el día en que el personaje vuelva al primer puesto de la palestra donde ha estado casi siempre como uno de los seres más poderosos del Universo Marvel. En Estados Unidos se ha comenzado a anunciar la llamada Edad de los Héroes en la cual Thor, Ironman y el Capitán América volverán a ser la "triada" referente del grupo de Los Vengadores y del propio Universo Marvel una vez superado un período de oscuridad y confusión marcado por los acontecimientos del Reinado Oscuro de Norman Osborn que siguieron a Invasión Secreta. Atrás quedará una de los últimas buenas etapas que ha tenido el personaje y que J.M. Straczynski abandona por diferencias creativas, de nuevo, con Joe Quesada haciéndose a un lado, aprovechándose de su experiencia pasada en The Amazing Spider-man, para que la editorial ponga en marcha sus planes para el personaje. Todo ello con la película de Kenneth Branagh en el horizonte que hoy en día, por desgracia, es lo que marca el devenir de los cómics Marvel.


Mucho tiempo ha pasado desde que Jack Kirby y Stan Lee diesen a conocer al personaje en el número #83 de Journey Into Mystery en 1962. Durante todo este tiempo, en ocasiones, algunos guionistas han olvidado en el camino la fuerza mitológica del dios nórdico del que toma nombre y su origen y carácter marcado más por la tragedia de corte shakesperiano que por su encorsetada faceta heroica. J.M. Straczynski, respecto a esto, nos presenta una etapa donde el elemento superheroico se encuentra alienado y prácticamente ausente. Un elemento que siempre ha resultado "chirriante" pese a todo y eso es algo que bien ha sabido ver el guionista de la serie de televisión Babylon 5 como también supieron ver en su momento otros autores como los mencionados Stan Lee, Jack Kirby o Walter Simonson. Thor es un personaje que se debe a su origen mitológico y fantástico, muy diferente a otros superhéroes más convencionales de la Casa de las Ideas, siendo ese el contexto y el escenerio más apropiado para sus relatos donde sus elementos más característicos pueden brillar con más fuerza.

J.M. Straczynski tenía la difícil tarea de resucitar al personaje después de su muerte al sucumbir, una vez más, al Ragnarok junto a todos sus compatriotas asgardianos en las páginas narradas por Michael Avon Oeming y dibujadas por Andrea Divito en la anterior etapa de la serie unida a los acontecimientos relatados en la saga Vengadores: Desunidos. En aquella historia Michael Avon Oeming nos descubría como los asgardianos estaban condenados a desaparecer cíclicamente en sucesivos ragnaroks y resurgir una y otra vez de sus cenizas. Thor en aquella última historia rompía dicho ciclo y quedaba sumido en el sueño eterno junto a todos sus compañeros. Después de barajar varios nombres para traer de regreso al hijo de Odín, entre los que destacan Neil Gaiman o Mark Millar, en Marvel decidieron darle el trabajo a J.M. Straczynski que hasta hace poco había gozado de bastante libertad creativa para elaborar sus guiones. Con la llegada del nuevo evento de la temporada, Siege (dibujado por Oliver Coipel), que en apariencia busca devolver el status quo al Universo Marvel esta bonanza se termina y J.M. Straczynski se despide de la serie.


Una serie en la que, sin prisa pero sin pausa, J.M. Straczynski nos recupera al personaje y su mundo, sus elementos más característicos, como su alter ego, el médico Donald Blake, el mundo fantástico de Asgard o a secundarios tan importantes como los Tres Guerreros, Balder o Loki. Las diferencias son notables en algunos casos, como la nueva encarnación del propio Loki ahora con cuerpo de mujer, o la nueva situación de Asgard ahora asentada en las alturas junto a un pequeño pueblo en el desierto de Oklahoma. Todo ello contado como si de una obra de William Shakespeare se tratase, con sus dramas palaciegos o sus historias de amor entre clases, con un humor sencillo e irónico, que conjuntamente entretejen los hilos de una trama de temas recurrentes como el poder, la amistad, el odio, el amor, la traición y el deber. No es una casualidad, respecto a todo lo que hemos comentado, que Kenneth Branagh fuese elegido como director para llevar al cine las aventuras del personaje pues bien conocida es su pasión por el dramaturgo inglés. Por ello esta etapa no será del gusto de aquellos que busquen un cómic de superhéroes al uso pues se sentirán algo decepcionados y más teniendo en cuenta la evidente desconexión de las historias de J.M. Straczynski con el resto del Universo Marvel.


En el apartado gráfico Oliver Coipel refleja a la perfección esa magnificencia y dividad que define al personaje y su trazo y su dominio de la narrativa resulta perfecto para contar una historia llena de buenos momentos más allá de la simple épica o las escenas de acción. Como curiosidad los rasgos de su Thor recuerdan mucho a los del personaje de los dibujos animados He-man y los Masters del Universo de los que curiosamente J.M. Straczynski fue guionista en sus inicios. También destaca el trabajo de Marko Djurdjevic en las espectaculares portadas de la serie, cuando estas no son obra del propio Oliver Coipel, o en su trabajo como dibujante oficial en los especiales Las Edades del Trueno junto al guionista Matt Fraction donde se cuentan los orígenes del Dios del Trueno como ya lo hicieran en su momento Stan Lee y Jack Kirby en Los Relatos de Asgard unas historias de complemento que aparecieron en los años 60 en los números #97 al #145 de Journey Into Mistery en los que se narraban las míticas hazañas de Thor antes de ser desterrado por Odín al mundo de los humanos. Matt Fraction demuestra en estos especiales su buen hacer y su conocimiento de la mitología del personaje siendo para muchos el autor perfecto para ocuparse de la serie regular del personaje si es que Brian Wood no está disponible. Sea quién sea el encargado de narrar las historias de este nuevo Thor, de momento heredado por británico Kieron Gillen, lo que está claro es que ha venido, sin duda, para quedarse entre nosotros.


Ver también:
De Secret Wars a Dark Reign: La Evolución del Universo Marvel (I)
De Secret Wars a Dark Reign: La Evolución del Universo Marvel (II)


19 de febrero de 2010

-Spiderman: Los Años Perdidos de J.M. DeMatteis y John Romitta Jr.-



La Saga del Clon fue un punto y aparte, no podemos decir que un paréntesis, en los cómics de Spider-man. Para muchos una etapa candidata al olvido, para otros como yo, aunque reconocemos de su excesiva extensión y su arbitrariedad argumental, alabamos el interés y la emoción que supo generar convirtiéndola en poco tiempo en un clásico. Cosa que demuestra el hecho de que, después de tan poco tiempo transcurrido, se ganase su remake en la serie Ultimate Spider-man de la mano de Brian Michael Bendis. La Saga del Clon nos trajo a algunos personajes más que interesantes, en su mayoría hoy ausentes en la serie regular y que siguen sin dar señales de vida, como son Ben Reilly, El Chacal o Kaine. En Los Años Perdidos, obra con guión de J.M. DeMatteis y dibujos del siempre genial John Romita Jr., el protagonista no es Peter Parker y ni tan siquiera Spider-man, que no aparece en ningún momento, sino el propio Ben Reilly y el mencionado Kaine en esos años en los que ambos pensaban que el primero era el clon de Spider-man. Finalmente, muy al final, se demostró que eso era cierto aunque para llegar hasta ese punto debieron pasar antes muchas cosas en forma de vueltas de tuerca y otro tipo de decisiones editoriales que acabaron lastrando la idea.

El estilo de J.M. DeMatteis, guionista tremendamente cerebral, es inconfundible y sigue siendo uno de los mayores conocedores de todo lo que rodea al mundo arácnido, de su psique más profunda y aterradora, lo que le ha llevado a ser elegido muchas veces para relatar los momentos más delicados del personaje, para dar esa visión tan intima y cerebral que el autor ha sido capaz de aportar más de una vez con acierto. Un privilegio que se gano a raíz de la que sigue siendo su obra maestra y una de las mejores historias jamás publicadas de Spider-man: La Última Cacería de Kraven. Historia de imprescindible lectura que aún hoy sigue siendo uno de los relatos más inquietantes que se han escrito sobre el personaje. Y es que se puede decir que fuera de algún esperpento ocasional J.M. DeMatteis es un autor de garantías en estas ocasiones, que no infalible, más especializado en crear pequeños arcos argumentales que en consolidarse como guionista regular de una serie. Los Años Perdidos no es más que otro ejemplo de todo esto.

Y repito: Los Años Perdidos no es un cómic de Spider-man sino, más bien, todo lo contrario, un relato "anti-héroico" y "anti-arácnido" de dos hombres que no se consideran como tal y que, aún así, buscan su lugar en el mundo huyendo de unos recuerdos falsos que no les pertenecen. Como suele ocurrir en este tipo de historias lo que acaban encontrando es más fuerte que ellos mismos. La historia comienza en el mismo momento que Ben Reilly descubre que es un clon de Peter Parker y como eso le llena de dolor, rabia, dudas y frustración. Comienza entonces un viaje desesperado por huir de sí mismo, eludiendo convertirse en un héroe y dando la espalda a la responsabilidad que ello conlleva, lo cual le acaba conduciendo a la ciudad Salt Lake City donde deberá afrontar su destino. Vemos la creación y evolución de un personaje en la cual Kaine tendrá mucho que decir. Mientras Ben Reilly realiza un camino hacía la luz desde la oscuridad Kaine, en cambio, verá la luz por unos instantes para sumirse de nuevo, para siempre, en la oscuridad.


Una historia bien contada donde se reconstruyen dos personajes, parecidos y opuestos, otorgándoles la vida y la humanidad necesaria para que sigamos lamentando la muerte de Ben Reilly y la desaparición de Kaine de las historias de Spider-man. No es una obra redonda a pesar de ello. Los Años Perdidos esta innecesariamente distribuida en capítulos y prólogos demasiado cortos con un final que pierde algo de fuelle y que da la sensación de ser algo precipitado en contraste a la primera parte de la historia contada de manera excelente. También es una evidencia este cómic del ya reconocido talento de John Romita Jr. que es capaz de hacer la historia suya y transmitir con los lápices como pocos dibujantes son capaces de hacer. Leyendo Los Años Perdidos a veces uno tiene la sensación de estar ante una obra de Frank Miller por esa oscuridad y planteamiento propio de su autor. Es una obra heredera de su tiempo como lo es también El Hombre Sin Miedo del propio Frank Miller y John Romita Jr. de nuevo con Daredevil como protagonista. En definitiva Los Años Perdidos es una pequeña obra a tener en cuenta que, no obstante, puede haber quedado algo desfasada por los derroteros que acabó tomando la saga volviendo al status quo pero que no deja de ser una entretenida lectura. Esperemos que Panini se decida en algún momento a reeditar está obra que en su momento publicó la ya desaparecida Forum de Planeta de Agostini.


-Reseña actualizada publicada originalmente el 10/08/2006-


Ver también:
Las AsOMbrosas Entrevistas -Mary Jane Watson-

Spider-man -Cayendo en la Telaraña (I)-
Spider-man -Cayendo en la Telaraña (II)-


13 de febrero de 2010

Reflexiones y Citas "Extraordinarias"


"
La libertad de crítica a lo establecido sin acceso al conocimiento es como la libertad de disparar sin balas"

David Bravo (Abogado especialista en propiedad intelectual y derecho informático) en Copia este Libro

9 de febrero de 2010

Cine Om -Bienvenidos a Zombieland de Ruben Fleischer-

!Atención spoilers sobre la plaga zombie!

Bienvenidos a Zombieland es una comedia de terror zombie, para ser exactos infectados, que a estas alturas ya se ha convertido en la película más taquillera sobre muertos vivientes de la historia. El título lo ostentaba anteriormente el remake de Dawn of The Dead de George A. Romero que el director Zack Snyder realizó en 2004 con notables resultados. Aún así hemos de tener en cuenta que las películas de zombies, debido a su origen ligado a la serie B de bajo presupuesto, nunca han tenido una gran repercusión en la taquilla aunque sí suelen ser producciones muy rentables en proporción a la inversión que en ellas se suele depositar. El caso es que los responsables de Bienvenidos a Zombieland, con el director Ruben Fleischer a la cabeza, pretenden hacer varias secuelas e incluso una serie de televisión después al éxito cosechado con esta primera entrega. Una película con un estilo propio y atractivo que pese a su sencillez es un producto entretenido y divertido como lo pudieron ser en su momento otras películas del género como la comedia gore Braindead de Peter Jackson o la más reciente Zombies Party del británico Edgar Wright. No obstante, Bienvenidos a Zombieland, respecto a estas es un producto más light, más políticamente correcto y menos gamberro.

Bienvenidos a Zombieland nos cuenta la historia de un joven antisocial y solitario de tendencias hipocondríacas, interpretado por Jesse Eisenberg, que se autoproclama como "el último friki vivo del mundo". El fin del mundo en forma de plaga zombie le encontró encerrado en su piso jugando a World of Warcraft y ahora, al ver como el mundo se ha derrumbado a su alrededor, decide iniciar un peligroso viaje hacía Columbus con la intención de reunirse con sus padres. Su creencia en que sigue vivo gracias a ciertas reglas y normas que sigue en cada momento se pondrán a prueba cuando en su camino aparezca un duro y curtido superviviente experto en el arte de matar zombies, al que da vida un inspirado Woody Harrelson, cuya mayor debilidad son unos pastelitos rellenos de nata llamados Twinkies. Pese a sus evidentes diferencias deciden viajar juntos y adoptan los nombres de Columbus y Tallahassee, las ciudades a las que se dirigen respectivamente, para evitar "encariñarse" el uno con el otro. Las cosas se complican cuando un par de hermanas, Wichita y Little Rock a las que interpretan las actrices Emma Stone y Abigail Breslin, les asaltan y les roban su transporte y sus armas. Columbus, no obstante, no puede evitar quedarse prendado de Wichita.


Bienvenidos a Zombieland parece tomar su idea de partida de Zombi: Guía de Supervivencia el peculiar libro de Max Brooks que se ha convertido en todo un éxito de ventas en los últimos años. En esta película no es tanto lo que se cuenta como el como se cuenta y respecto a eso la película busca una y otra vez romper la cuarta pared entre los personajes y el espectador. Las reglas y normas de Columbus son relatadas por él mismo a lo largo del metraje, dándolas a conocer poco a poco y volviendo de vez en cuando a ellas, anunciándolas con llamativos carteles y rótulos y poniéndonos ejemplos prácticos en cada caso. Esto le da a la película un formato fresco y desenfadado muy apropiado para el tono de comedia y parodia que busca la película. El sistema funciona, no obstante, porque los personajes interpretados por Jesse Eisenberg y Woody Harrelson acaparan la atención y mantienen nuestro interés haciendo llevadero el sencillo guión escrito por Paul Wernick y Rhett Reese, en clave de road movie, que no difiere en mucho de los que podemos encontrar en la mayoría de películas del género. Sus gags buscan las complicidad del espectador, con un humor directo y menos grosero y gamberro de lo que se esperaría en una película de zombies, pero efectivo y entretenido al fin y al cabo.

1. Cardio.
2. Mata y remata.
3. Ten cuidado con los baños.
4. Usa cinturón de seguridad.
8. Pégate a un tipo duro.
17. No seas el héroe.


Imprescidibles los créditos iniciales de la película, casi de factura documental, y el cameo de Bill Murray interpretándose a sí mismo y con varios guiños a Los Cazafantasmas que no pasan desapercibidos. Por lo demás nos encontramos ante una película bastante modesta, sin grandes matices ni mensaje subyacente como en las películas de George A. Romero aunque tampoco es su intención ni lo necesita. Un producto que parece destinado a cierto tipo de espectador pero que cualquiera puede disfrutar sin mayores problemas. Se echa de menos, no obstante, una cierta falta de ambición para ir un paso más allá en ocasiones y traspasar la barrera de lo correcto o pulir algunos gags. Podríamos calificar Bienvenidos a Zombieland como la primera película familiar de zombies por su tono, su carácter y los valores que los personajes buscan a lo largo de la historia que se encamina, ineludiblemente, al final feliz. Pero es un producto que no engaña a nadie y es precisamente la combinación de estos ingredientes la clave de su éxito. Futuras secuelas quizá no vengan a aportar nada nuevo pero, por lo pronto, se merecen una oportunidad.


Ver también:
La Subcultura Zombie -El Muerto Viviente del Siglo XXI-
-Guerra Mundial Z de Max Brooks-


Dedicado a Álex y Rosa
La próxima vez será ;)

8 de febrero de 2010

-The Flash de Geoff Johns y Scott Kolins-


"
No eres un héroe para que te honren.
Se trata de usar los dones que se nos han dado
para ayudar a toda la gente que puedas"


Geoff Johns ha demostrado ser un guionista con bastantes recursos, con un concepto de las historias de superhéroes muy clásico pero a la vez actual, en el que se entremezclan los momentos más épicos de sus aventuras con el componente más humano de sus personajes. Actualmente, con su exitosa etapa en Green Lantern, sus ideas han contagiado a todo el universo DC que vive La Noche Más Oscura de todas en forma de crossover superventas. Pero antes de encargarse de la serie de Green Lantern y rescatar de la muerte con éxito a Hal Jordan en Green Lantern: Renacimiento este guionista hoy de moda ya demostró sus maneras en The Flash con un personaje con el que afirma haber crecido y con el que asumía un gran reto después de la alabada etapa de Mark Waid al frente de las historias del velocista escarlata. Geoff Johns lejos de bajar el listón ha conseguido revitalizar al personaje, hacerlo suyo y darle una señas de identidad que son muy palpables en ciertos aspectos: la renovación de la galería de villanos de Wally West, el tratamiento de los personajes secundarios de la serie y la creación de una identidad propia para la ciudad de Keystone City -marco de las aventuras de este nuevo Flash- de la que carecía hasta ahora.


Tras la marcha de Mark Waid de The Flash en DC decidieron darle una oportunidad a la por entonces promesa emergente Geoff Johns. Le ofrecieron la oportunidad de escribir un arco argumental para la serie con total libertad creativa y a modo de prueba. Geoff Johns aceptó el reto y escribió Wonderland, una historia de seis números con guiños muy poco sútiles a Alicia en el País de las Maravillas y sobre todo a A través del Espejo de Lewis Carroll, que ilustraría el español Ángel Unzueta. Aquel relato no era ni mucho menos lo mejor que Geoff Johns realizaría posteriormente con el personaje pero sentaba las bases de lo que podía ofrecer al título y en DC viendo los resultados decidieron que él sería el nuevo guionista oficial de The Flash. Siguiendo las bases establecidas por Mark Waid la etapa de Geoff Johns se sustenta sobre ella, reafirmando el trabajo de este, demostrando así su conocimiento de la historia del personaje y de la continuidad del universo. Esta primera etapa del guionista estadounidense en The Flash, personaje que ha retomado actualmente, se inició en el número #164 y se prolongó hasta el #225 de la colección donde encontramos como dibujante oficial de la serie a Scott Kolins.


Geoff Johns consigue situar a Wally West a la altura de su antecesor, su tío Barry Allen, estudiando en el camino el legado que guarda el personaje y su manera personal de afrontar su faceta superheroica. Especial mención es el tratamiento que se da a la galería de villanos clásica de Flash que se alejan del maniqueísmo de otras publicaciones para ofrecernos unos personajes interesantes y atractivos tan complejos como el propio héroe y donde destaca, sin lugar a dudas, Leonard Snart alias el Capitán Frío. Geoff Johns renueva a personajes como el Amo de los Espejos, Gorila Grodd o El Hechicero del Clima y otros personajes que dejan de ser ridículos en sus manos para convertirse en verdaderas amenazas para nuestro héroe. A esta galería clásica se añaden personajes de nuevo cuño como Chatarra, Alquitrán, Murmullo o Cicada, de aspecto más perverso y tenebroso, más vinculados con la nueva personalidad que en cada número el guionista va dando a Keystone City. Geoff Johns nos la describe como una ciudad obrera, de gente sencilla y trabajadora, que reconoce el valor de sus héroes y que tiene el espíritu de sobreponerse a los desastres más grandes. Una ciudad sufrida y curtida, con un lado oscuro, en la que encontramos la prisión de alta seguridad de Iron Heights con un alcaide que da casi más miedo que cualquiera de sus presos. Secundarios como Hunter Zolomon, la pareja de policías Fred Chyre o Jared Morillo, o la esposa del héroe, Linda Park, hacen que la historia avance y se enriquezca.

En cuanto a la acción Geoff Johns sabe como abordarla y sabe cuando dejar hablar a sus personajes tratando con naturalidad y al mismo tiempo con grandeza las cuestiones que pone sobre la mesa. Consigue así que la serie tenga más profundidad que la de un simple cómic de superhéroes abordando, mayormente, cuestiones morales que el guionista estrella de La Noche Más Oscura sabe plantearnos sin desdibujar, sino al contrario, resiguiendo los bordes del pasado del personaje. En el apartado gráfico Scott Kolins se complementa a la perfección con el tono de las historias de Geoff Johns con su estilo preciso de tendencia caricaturesca pero detallado hasta el punto de ofrecernos espectaculares momentos en casi cada página y empleándose a fondo en los primeros planos y en algunas ilustraciones a doble página que hablan por si solas. Mención a parte a las tintas de Doug Hazlewood y el color de James Sinclair que consigue elevar el dibujo de Scott Kolins a otro nivel. Después del número #200 de la colección Scott Kolins abandonará el título y encontramos como dibujante oficial en su lugar a Alberto Dose con un estilo más parco y austero, menos detallado, que viene a reflejar el cambio de rumbo en las historias de Flash que se volverán más oscuras a partir del numero #201. Cambio marcado y auspiciado por el reseteo propuesto por Dan Didio para el personaje y del que Geoff Johns consigue salir más o menos airoso.


En la edición de Planeta de Agostini de esta obra en formato "rompe-muñecas", conocido también como omnibus, recopila la primera parte de la etapa de Geoff Johns en la serie junto a Scott Kolins -también encontraremos otros números y especiales dibujados por otros autores como Ángel Unzueta, Ethan Van Sciver y Rick Burchett- en un tomo descomunal, incómodo e inncesario de 1.008 páginas a un precio de 60 €. Un producto que no está al alcance de cualquier bolsillo y menos en estos tiempos de crisis pero con los que Planeta de Agostini sigue insistiendo -debido al éxito de ventas hemos de suponer-. El cómic en cuestión, por su factura y el trabajo de sus autores, es 100 % recomendable. Un cómic especialmente apropiado para todo a aquellos que hayan disfrutado con lo que Geoff Johns ha venido haciendo con Green Lantern en los últimos años o a los que gusten de historias de corte más clásico y quieran acercarse por primera vez al personaje. Se echa de menos, no obstante, una edición más accesible y más manejable que la propuesta por Planeta de Agostini. Aunque lo que ya nadie puede poner en duda es que Geoff Johns ha conseguido situar a Flash en lo más alto, con los más grandes, y su estilo y su etapa, desde ya, es un referente para los guionistas que hayan de venir después de él.


Ver también:
-Green Lantern de Geoff Johns e Ivan Reis-

5 de febrero de 2010

Cine Om -Sherlock Holmes de Guy Ritchie-


Sherlock Holmes es, aún a día de hoy, un personaje muy reconocible para el público mayoritario cuya clásica imagen alargada, de semblante serio, mirada penetrante y nariz aguileña, fumando en pipa y con gorro y gabardina es prácticamente un icono. Si en cuanto a sus métodos nos referimos todo el mundo reconocerá en él al mejor detective de todos los tiempos. Como se ha ido configurando su figura y ha perdudarado a lo largo de los años habiendo sido protagonista de novelas, relatos, películas, series de televisión, obras teatrales e incluso cómics o dibujos animados, es algo difícil de precisar con exactitud. Pero, como todo gran personaje que se precie, Sherlock Holmes ha sobrevivido, incluso pasando por encima de su propio creador, y aún puede ofrecernos más de una interpretación a tener en cuenta. La última nos viene de parte del director Guy Ritchie, discípulo aventajado de Quentin Tarantino en detrimento del irregular Robert Rodriguez, que después de su anterior película, RocknRolla, parece haber recuperado su buen hacer. Su Sherlock Holmes es un puro entretenimiento, una visión actualizada del personaje de Arthur Conan Doyle llevada al exceso pero que, no obstante, se mantiene más fiel a su esencia de lo que pueda parecer tratando ciertos aspectos olvidados u obviados en muchas adaptaciones anteriores.


En el reparto de esta produccion destacan Robert Downey Jr. como el propio Sherlock Holmes, Jude Law como su inseparable Dr. Watson, Rachel McAdams como Irene Adler y Mark Strong como Lord Blackwood el villano de la función a la espera del prometido Profesor Moriarty que veremos en la inminente secuela de la película. La historia comienza con una persecución, con una lucha contrarreloj contra la muerte, con magia negra y luchas "milimétricamente pensadas" en las que Sherlock Holmes presume de capacidades físicas y mentales y su compañero Watson de arrojo y decisión. El villano de la función, Lord Blackwood, un bastardo reflejo del Jack el Destripador del From Hell de Alan Moore y Eddie Campbell, con relación masónica incluida, es detenido y condenado a muerte en la horca por sus crimenes. Casi inmeditamente a su muerte se empiezan a tener noticias de su resurrección y de ciertos sucesos extraños que se acompañan de una nueva oleada de asesinatos en Londres. A medida que el dúo van investigando lo sucedido, mientras intentan poner en orden sus vidas personales, van destapando una compleja conspiración -que vuelve a poner de manifiesto alguna reminiscencia a la obra de Alan Moore y la Conspiración de la Pólvora- y que deja entrever que habían subestimado en gran medida las capacidades de su enemigo.

El guión, llegados a este punto, sin ser excesivamente complejo cumple y resulta un buen balance entre acción, comedia y misterio. Todo ello enmarcado en una recreación del Londres del siglo XIX muy lograda y cuidada en sus escenarios y en su vestuario. Las interpretaciones de Robert Downey Jr. y Jude Law están a la altura, desprendiendo una gran química cuando aparecen juntos en pantalla hasta el punto de ser su peculiar relación de lo más interesante de la película. Una relación bastante diferente a las que hemos podido ver en otras adaptaciones, menos bucólica e idealista, en la que se pone de relieve la difícil, excéntrica y problemática personalidad del investigador del número 221B de Baker Street que ya mencionaba Arthur Conan Doyle en sus obras. No se puede pasar por alto, no obstante, que esta relación se inspira mucho en la que ya hemos podido ver en la pantalla pequeña en la serie House donde Hugh Laurie interpreta a un "apócrifo" Sherlock Holmes cuya relación con su amigo y compañero Wilson tiene muchas y sospechosas semejanzas con la que podemos ver en la película de Guy Ritchie. Tampoco podemos pasar por alto que la interpretación de Robert Downey Jr. se beneficia de este trato pues sino sus semejanzas con su papel de Tony Stark en Ironman serían más evidentes.


En el resto del reparto destaca Rachel McAdams cuya Irene Adler resulta un personaje más interesante que el de la habitual comparsa del héroe. Un personaje, que apareció en 1891 en el relato Escándalo en Bohemia, actriz y cantante, que obtiene el honroso título de ser el único adversario que ha conseguido vencer a Sherlock Holmes. Es recuperada en este caso por Guy Ritchie para darle una dimensión mayor que define al personaje como una inteligente, decidida y atractiva secuaz y espia cuya única debilidad es el propio detective. En cuanto a Mark Strong su Lord Blackwood peca en ocasiones de sobriedad y de falta de carisma pero parece un personaje medido para que no llegue a hacer sombra a la futura aparición del Profesor Moriarty némesis por excelencia de Sherlock Holmes. La efectiva banda sonora de Hans Zimmer, que le ha válido una candidatura a los Oscars de este año, y el ritmo que imprime Guy Ritchie al metraje cuyo estilo, aunque más comedido, es muy palpable -sin ir más lejos en ese tratamiento de la acción que incluso en cierta escena parece retrotraernos a su pelicula Snatch: Cerdos & Diamantes- hacen el resto para que, si bien no estemos ante una gran película, si podamos hablar de un entretenimiento muy disfrutable que podrá convencer incluso a los más radicales seguidores de Arthur Conan Doyle. A ello contribuirá la presencia de sútiles guiños y referencias al espectador sobre el mundo de Sherlock Holmes que encontrará a lo largo de la película.


Ver también:
Más Sherlock Holmes (Bartitsu) en 999

1 de febrero de 2010

-Batman: ¿Qué Le Sucedió Al Cruzado Enmascarado? de Neil Gaiman y Andy Kubert-

"El final de la historia de Batman es su muerte.
Porque al final, el hombre murciélago muere.
¿Qué más podría hacer? ¿Retirarme y jugar al golf?
No funciona así. No puede ser.
Lucho hasta que caigo, y un día caeré.
Pero hasta entonces, lucho."

¿Qué Le Sucedió al Cruzado Enmascarado? es el relato "definitivo" sobre Batman. Es difícil después de leer esta historia imaginar otro hipotético final posible a las aventuras de un personaje con tantos años a sus espaldas. ¿Qué Le Sucedió al Cruzado Enmascarado? resulta un nuevo ejercicio de estilo y de pulso narrativo de Neil Gaiman y una nueva muestra del talento de Andy Kubert a los lápices. El mérito de ambos es conseguir, en apenas sesenta páginas, resumir la esencia de un personaje tan icónico como Batman sabiendo tocar los resortes apropiados en cada momento y demostrando a autores como Grant Morrison como se pueden abordar temas con un gran contenido místico y simbólico sin perder un ápice de emotividad, de profundidad y, sobre todo, de sentido común. La ambiciosa y mediocre etapa del guionista escocés al mando de la cabecera de la serie regular de Batman nos trae el consuelo de esta pequeña joya que casi justifica su etapa. Y es que pocos autores han conseguido cuajar un tono eminentemente literario en las páginas de un cómic de superhéroes sin que su estructura se derrumbe como un castillo de naipes pero el autor de The Sandman lo hace con una naturalidad que siempre nos sorprende y, a menudo, sus resultados son excelentes.

A pesar de ello es de reconocer, por otro lado, que Neil Gaiman confecciona este relato casi con el piloto automático puesto. Un relato que puede recordar y mucho al final de su obra cumbre, The Sandman, cuyo último arco argumental El Velatorio, nos contaba el triste y emotivo destino de Morpheo. No obstante, ¿Qué Le Sucedió al Cruzado Enmascarado?, es una historia con sus propias virtudes. Un relato sencillo e intimista, impregnado de la magia de la que Neil Gaiman conoce tan bien las reglas. En ¿Qué Le Sucedió al Cruzado Enmascarado? asistimos al velatorio de Batman, cuya muerte no se nos específica en ningún momento de que manera ha ocurrido, narrado por el propio Batman y una voz desconocida y amable que intenta guiarle. Al lugar de su último reposo van llegando todos los conocidos del cruzado enmascarado, aliados, amigos, amantes y enemigos, a los que el bueno de Alfred coloca en sus respectivos lugares. Cada asistente nos aporta una perspectiva del difunto, la mayoria sin aparente sentido, contradictorios casi como el producto de un sueño o del delirio. Cada cual, de esta manera, relata a su manera las diferentes e imposibles muertes de Batman. Destacan, de esta manera, los relatos de Catwoman o del mayordomo Alfred que sirven como referentes a otras historias más repetitivas.

La historia, como no podía ser de otra manera, esta llena de referencias, de guiños y homenajes a la historia del personaje, y es aquí donde la labor de Andy Kubert se muestra indispensable, sútil y commovedora adaptando a su estilo el de otros autores que han abordado anteriormente al personaje. Encontramos alusiones al origen de Batman, a escenas concretas de la historia de este como La Caída del Murciélago de Peter Milligan o a obras emblemáticas como el Arkham Asylum de Grant Morrison y Dave McKean; vemos la evolución gráfica a lo largo de los años del personaje por el que han pasado nombres como Bob Kane, Frank Miller, Brian Bolland o Dick Sprang, a las películas del personaje como esa Gotham sacada directamente de la imaginación de Tim Burton, esos guiños a la mítica serie de los años 70 con Adam West y Burt Ward o la animación cartoon de Bruce Timm. Por otro lado, encontramos un mundo lleno de ideas y de sensaciones resumidas por Neil Gaiman que han forjado al personaje como, sin ir más lejos, la imposibilidad de escapar de los parámetros del cómic superheróico y del propio destino que encontrábamos en La Broma Asesina de Alan Moore y Brian Bolland. Nada resulta gratuito ni es utilizado de forma vana sino que Neil Gaiman y Andy Kubert, con esta obra, consiguen hacernos comprender la grandeza del cruzado enmascarado.


La edición de Planeta de Agostini, como ya viene siendo de costumbre, está pensada para ser "rentable" lo que significa para la editorial incluir una serie de extras que no aportan nada relevante para encarecer el producto simplemente debido al nombre de sus autores y la trascendencia del evento de turno como ya ocurrió con el Batman R.I.P. de Grant Morrison donde la jugada fue menos sútil y justificada a posteriori por David Hernando con aquella máxima que viene a decir que algunas obras "juegan en otra liga"
. Aún así, en este caso, al menos nos encontramos con una obra cuya calidad, si bien no justifica su precio, si lo compensa y no resulta la peor edición que nos ha podido presentar Planeta de Agostini últimamente. ¿Qué Le Sucedió al Cruzado Enmascarado? es un relato que está destinado a ser recordado, que puede ser leído y releído una y otra vez, pues resulta fresco, ágil y hecho desde el cariño que se profesa a un amigo con el que se ha crecido. No es el mejor trabajo de Neil Gaiman y la comparación con el relato ¿Qué le pasó al Hombre del Mañana? de Alan Moore y Curt Swan que se acostumbra a realizar no tiene sentido, pues más allá del título, poco más tienen el común ambas obras excepto el talento de dos autores ingleses que, en cierto momento, decidieron escribir una carta de amor a sus personajes de cómic preferidos.


Ver también:
Leyendas de la Llama Verde de Neil Gaiman y Amigos

Reflexiones y Citas "Extraordinarias"
1602 de Neil Gaiman y Andy Kubert
Lobezno: Origen de Paul Jenkins y Andy Kubert