"Sin poderes.
Sin responsabilidades."
La prueba definitiva de que Mark Millar sabe vender una idea es la recién estrenada película Kick-Ass, basada en el cómic del mismo nombre del mencionado guionista escocés y del dibujante marvelita John Romita Jr., cuyos derechos fueron vendidos para adaptarse a la gran pantalla antes de que la historieta siquiera hubiese terminado de publicarse en Estados Unidos. Las beneficiarias del negocio fueron las productoras Marv Films y Plan B Entertainment, del director británico Matthew Vaughn y del actor Brad Pitt respectivamente, dos personajes que se habían conocido ya con anterioridad en Snatch: Cerdos y Diamantes de Guy Ritchie donde el director de Stardust trabajó también de productor. Mark Millar se encuentra encantado con este tipo de situaciones que le permiten codearse con el star system hollywoodense aunque ello suponga pasar por encima de su misma obra, con ya ocurrió con Wanted de Timur Bekmambetov, lo que nos deja la imagen de un guionista sin escrúpulos entregado a la fascinación que el vil metal ejerce sobre él. No parece ser una coincidencia que sus últimas obras parezcan más storyboards de películas por estrenar que cómics al uso siendo Kick-Ass una buena muestra de ello. Un cómic lleno de violencia, palabras obscenas y esa morbosa y gratuita, a menudo vacía, provocación que tanto gusta al guionista de The Ultimates o The Authority. Obras con un planteamiento cinematográfico en su estética y narrativa que dan como resultado un entretenimiento puro y duro de escasas pretensiones y que no lleva a engaño a nadie pues en todo momento ofrece lo que vende.
Kick-Ass, la película, es la historia de Dave Lizewski -interpretado por el casi desconocido Aaron Johnson- un estudiante común y corriente aficionado a los cómics de superhéroes que un buen día decide convertirse en uno de ellos a pesar de no tener superpoderes ni ninguna habilidad especial para combatir el crimen. Después de bautizarse como Kick-Ass el resultado de su primera incursión acabará con él en el hospital a pesar de lo cual no desistirá en su empeño de marcar la diferencia consiguiendo convertirse finalmente en todo un fenómeno en los medios de comunicación y en las redes sociales. Pero todo empezará a torcerse cuando aparezcan en el camino de nuestro aprendiz de héroe algunos imitadores de su trabajo algo más brutales y eficientes que él mismo, Hit Girl -una impresionante y violenta Chloë Moretz- y Big Daddy -un Nicolas Cage divirtiéndose a lo grande emulando a un apócrifo Batman-, que acabarán por arrastrar a Kick-Ass a su lucha personal contra la mafia local liderada por Frank D´Amico -un Mark Strong de nuevo en la piel del villano de turno después de su aparición en el Sherlock Holmes de Guy Ricthie- que intenta controlar los bajos fondos mientras lidia con su papel como marido y como padre de un hijo deseoso de seguir sus pasos -Christopher Mintz-Plasse el ya mítico McLovin de la comedia Supersalidos-. En definitiva una historia "sin responsabilidades" y "sin poderes" como rezan algunos de los pósters publicitarios del estreno de Kick-Ass en nuestro país.
El caso es que Matthew Vaughn ha conseguido con Kick-Ass, acompañada del innecesario subtítulo en España de Listo Para Machacar, una adaptación bastante fiel al material original de Mark Millar y John Romita Jr. y una de las causas para ello podría haber sido, paradójicamente, el haberse desarrollado en paralelo a la publicación del cómic en cuestión. No obstante, son patentes algunos cambios sustanciales en la versión cinematográfica de la historia que, aunque no elude el tono gamberro del original ni hace ascos a embadurnar con litros de sangre la pantalla tampoco llega, ni mucho menos, a los excesos que podemos ver en el cómic. La atmósfera desvergonzada y sátirica que Mark Milar exhibe con orgullo en las viñetas del cómic se presiente en la adaptación de Matthew Vaughn aunque aquí es mucho más condescendiente con el espectador y con los personajes -sólo hay que comparar la relación de Kick-Ass con su interés romántico o con su padre en el cómic y la película- siendo mucho menos explícita en las escenas de sexo y violencia y convirtiendo el metraje casi en una parodia del Spider-man de Sam Raimi -al que se "homenajea" tanto en el cómic como en la película-. No es de extrañar pues que en los últimos días se haya añadido el nombre de Aaron Johnson a la lista de posibles sucesores de Tobey Maguire para encarnar al famoso arácnido de Marvel en el relanzamiento de la franquicia que prepara Sony para los próximos años con Marc Webb el director de la recomendable (500) Días Juntos donde también aparecía Chloë Moretz.
Algunas diferencias más visibles, que entran antes por la retina, son los trajes de los personajes que respecto al cómic han sufrido notables cambios -a excepción del traje de neopreno de Kick-Ass- para, en apariencia, hacerlos más llamativos o en el caso del Big Daddy de Nicolas Cage contentar al actor para poder, al fin, interpretar una versión más pulp y bizarra de famoso cruzado enmascarado. Un personaje, por otro lado, de cuya historia se han eludido sus aspectos más "peliagudos", su identidad real que no es otra que un fanboy de los cómics de superhéroes con algún que otro tornillo suelto que, no obstante, puede ser uno de los aciertos de la película respecto al cómic donde Mark Millar da una visión bastante tópica y cuestionable del lector habitual de cómics. La película también aligera en gran medida su bajaje comiquero, respecto al cómic donde las múltiples referencias y guiños al género buscan la sonrisa cómplice del seguidor, y que no habría funcionado para atraer a un público más generalista. El humor y la parodia se utilizan para quitar trascendencia a las escenas más sangrientas alejando la historia del tono más sobrio y oscuro, que no adulto, de la obra en la que se basa. Y todo ella deriva es un espectáculo que no parece tomarse en serio a sí mismo pero que resulta un efectivo entretenimiento para matar un par de horas de nuestro tiempo. Una historia que, como el cómic, no aporta gran cosa al género de superhéroes ni, por supuesto, al cine contemporáneo, pero que no engaña a nadie y sirve como un honroso complemento a la obra de Mark Millar y John Romita Jr. aunque para algunos, sobre todo si no son muy amantes de los superhéroes, puede ser una auténtica patada en el culo difícil de digerir.
Artículos relacionados:
-Kick-Ass de Mark Millar y John Romita Jr.-
Ver también:
-Kick-Ass en Un Tebeo Con Otro Nombre-
4 comentarios:
Yo había comentado aquí! =O
En fin, que decía que estoy de acuerdo en que la peli, tiene sorprendentemente, cosas mejoradas respecto del cómic: los trajes, las escenas de pelea, y ni que decir tiene que la mejor banda sonora en años!
Pero el cómic tiene puntazos bizarros poco ortodoxos, que es cierto que su hubieran ganado sus enemigos (¿una niña que ademas de asesina y malhablada esnifa coca? ¿un padre que lo permite y se gana la vida vendiendo cómics? WTF? o.O') A mi me encanta!
Y le da mucho más sentido a la historia del negro-camello, porque no es nada creible que la "novia" de kick tuviera nada con ése, pero en el comic, dices ahooooora sí!
Lo que pasa que el dibujante no me acaba de convencer, no se, será por comparar, pero lo veo muy simplista, y con poca técnica en comparación con la narrativa y la historia, que me gustaron mucho.
Un saludo y me ha encantado el post!
Bueno H@n, John Romita Jr. es bastante bueno y tiene un estilo propio bastante marcado pero, desde luego, para mí, Kick-Ass no es de sus mejores trabajos. Tiene varias páginas con algunas desproporciones muy extrañas que no son tan reiterativas en él normalmente.
Saludos
Opino más o menos como tú acerca de la peli, Mythos (a ver si escribo pronto mi reseña). Ni la misma ni el comic me parecen una maravilla, pero como divertimento cumplen al 100%.
La pena de la banda sonora es que casi toda estaba ya anticipada en los trailers. Si no, el impacto (al menos en mi caso) hubiera sido mayor.
Sobre Romita Jr.: yo le tengo cariño (ya son muchos años leyendo tebeos dibujados por él) y creo que ha conseguido un estilo muy personal y económico (el tipo produce páginas a destajo), perfecto para el sistema americano. Otra cosa es que sea a costa de sacrificar la parte más, digamos, académica del dibujo. Narrativamente es muy ágil y, aunque rara vez se atreve con soluciones realmente arriesgadas, es un valor seguro a la hora de contar visualmente una historia sin estridencias.
Yo vi la pelicula con mis sobrinos en el cine del tortugas open mall y la verdad que salimos todos muy conformes.
Creo que no teníamos demasiada expectativa.... tal vez por eso?
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