"Ignoro los detalles,
por qué motivos,
pero iban a hacerlo...
...iban a soltar al Joker
del Hospital Psiquiátrico
de Arkham..."
Un personaje como el Joker, con casi 70 años de historia, ha dado para muchisimas historias, para gran cantidad de viñetas y muchas interpretaciones diferentes. Fue en 2006 cuando Brian Azzarello y Lee Bermejo, después de colaborar juntos en Lex Luthor: Hombre de Acero, decidieron repetir la jugada y ofrecer su visión sobre el más mortal enemigo de Batman después de hacer lo propio con el citado megalómano enemigo de Superman. Este proyecto resultó en una miniserie de 128 páginas que recibió el escueto título de Joker y que recientemente ha publicado Planeta de Agostini en nuestro país. La curiosidad es que este cómic tiene ciertas semejanzas con el Joker interpretado por Heath Ledger en El Caballero Oscuro de Christopher Nolan tanto en su definición psicológica como en su estética. Los autores han asegurado que esto se debe a una simple casualidad, aún cuando hay viñetas que incluso parecen estar inspiradas en el propio Heath Ledger, ya que cuando empezaron con la historia ni tan siquiera se sabía aún quién iba a interpretar al personaje en la secuela de Batman Begins así que es posible que, de hecho, ellos fueran los que inspirasen el Joker de El Caballero Oscuro.
Con su habitual trasfondo de novela negra Brian Azzarello nos cuenta la historia de un maleante de poca monta, Jonny Frost, que se acabará convirtiendo en el secuaz del Joker despues de salir este del Hospital Psiquiátrico de Arkham. El Joker volverá a las calles para intentar recuperar lo que es suyo ya que en su ausencia su imperio se ha visto dividido entre sus cómplices y rivales entre los cuales Dos Caras es la mayor amenaza. En el camino se cruzará con personajes clásicos de las historias de Batman como Killer Croc, el Pingüino, Harley Quinn, el mencionado Dos Caras, El Acertijo o el propio Batman. Todos ellos bajo la personal interpretación de los lápices de Lee Bermejo que, con su habitual estilo, retrata a unos personajes oscuros y más mundanos de lo habitual. En algunos casos su visión es interesante como esa Harley Quinn "erótico-festiva" y parca de palabras o su humanizado y a la vez brutal Killer Croc. En otros casos, como el del Pingüino o, especialmente, El Acertijo, su diseño resulta feucho y poco atractivo. Curioso es también, a todo esto, como este Acertijo parece inspirado en Johnny Depp como si los autores se hubiesen hecho eco de los constantes rumores que lo citan para interpretar al famoso villano en la próxima película de Batman.
La historia en sí misma es muy diferente a lo que en su momento Brian Azzarello y Lee Bermejo hicieron con Lex Luthor a pesar de reconocer el peculiar estilo de ambos artistas en las dos obras. En el caso del archienemigo de Superman el tratamiento en primera persona dio como resultado una historia que analizaba con acierto la psicología del personaje a la vez que realizaba una interpretación muy interesante sobre la figura de Superman definiendo su relación con Lex Luthor y con el mundo a través de ideas, de gran calado filosófico e, incluso, mitológico. En Joker el tratamiento es muy diferente debido a que, como bien supo ver Brian Azzarello, ese mismo planteamiento no hubiese funcionado con el payaso diabólico. Lo que hace interesante al personaje es su carencia de racionalidad y su imprevisibilidad y, por lo tanto, "si estás en su cabeza, el personaje deja de ser impredecible" como expresó Brian Azzarello sobre esta cuestión. De esta manera, el Joker que confecciona el guionista estadounidense, es un personaje grotesco y oscuro, claramente bipolar y desquiciado, que se mueve como pez en el agua entre los suburbios de Gotham y que es temido y respetado incluso por sus peores enemigos. Además tiene una capacidad de análisis para conocer las reacciones humanas que parece entroncar con la teoría de la "superconsciencia" que en su momento planteó Grant Morrison en Arkham Asylum.
La historia, por ello, no tiene la profundidad de Lex Luthor: Hombre de Acero pero es un relato contado con buen oficio, con un final abierto perturbador, donde la presencia de Batman es casi anécdotica pero, a pesar de ello, sobrevuela todas las páginas del cómic por la peculiar atmósfera que crea el cómic. Es una interpretación del personaje que se sirve del potencial que este tiene para reinventarse pues como el propio Brian Azzarello ha apuntado "la fuerza que tiene el personaje es que no ha habido un Joker definitivo, y eso es lo que hace que algunos de estos personajes sean tan importantes, el hecho de volver sobre ellos y contar siempre algo nuevo”. Este Joker es, posiblemente, la interpretación que veremos a partir de ahora en las páginas de los cómics después del éxito de El Caballero Oscuro. Una visión más "realista" que ya ha tocado en algunos aspectos Grant Morrison tanto en su última etapa en la serie regular de Batman como en aquel retablo de personalidades dementes que fue su Arkham Asylum junto a Dave McKean que ya hemos mencionado anteriormente. Y es que pese a la breve aparición y relevancia en la trama del Joker en Arkham Asylum es, junto a La Broma Asesina de Alan Moore y Brian Bolland, las dos obras que con más acierto y talento han explorado e interpretado la figura de este villano. La visión de Brian Azzarello en comparación se queda a medio camino, a pesar de ser más cruda en ciertos aspectos, pero al menos es una buena historia sobre el personaje.
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1 comentario:
Después de leer tu reseña estoy seguro de que en breve le echaré el guante a este tomo. Seguro que me gusta!.
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