"Más allá de las visiones, encontré algo,
en la oscuridad, dentro de mí.
La forma de algo que ni siquiera puedo pronunciar o describir.
Una cicatriz en mi consciencia."
Una cicatriz en mi consciencia."


Batman R.I.P. enfrenta al personaje al mayor de sus desafíos cuando una misteriosa organización, un nuevo Club de Villanos, de recursos ilimitados y misteriosos objetivos decide acabar con el álter ego de Bruce Wayne, golpeando a todo lo que ha construido durante este tiempo y a todo lo que le es querido, para, al final, arrebatarle la cordura y la vida. Dicho esto podemos decir que Batman R.I.P. tiene dos cosas a destacar: por un lado su inicio, sus escasas tres primeras páginas, una clara y nada sútil referencia a La Broma Asesina de Alan Moore y Brian Bolland que promete más de lo que encontraremos al final en el resto de la historia y, por otro lado, Tony Daniel que realiza un trabajo a remarcar en las que destacan algunas de sus ilustraciones de una página y splash pages simplemente espectaculares destacando también su espeluznante retrato del Joker. Fuera de eso el resto de la obra cae en un sinsentido en el que no queda claro ni lo que el autor quiere contar ni lo que realmente esta pasando en el cómic. Grant Morrison intenta con Batman una labor de deconstrucción similar a lo que hizo con el Hombre de Acero en All Star Superman pero mientras esta era disfrutable gracias a su tono pausado y mesurado y a pesar de su herméneutica y su abuso del homenaje a la historia del personaje en Batman R.I.P. encontramos una historia oscura y onírica en exceso que convierte la trama en algo casi inentiligible.
Las ideas que maneja Grant Morrison, aquellas más evidentes que podemos entender con menos esfuerzo, son además de lo más manidas y tópicas que aunque entronquen directamente con la esencia del personaje en cuestión el autor no sabe manejar. La visión trágica del héroe que al intentar hacer el bien sólo empeora la situación, los traumas infantiles que se perpetuan en la edad adulta en obsesiones, la locura y la búsqueda de los propios limites, la dualidad entre el bien y el mal que acaba creando un círculo vicioso imposible de romper o la muerte del superhéroe y su resurección dispuesto para su última batalla. Todo ello ha sido tratado anteriormente y de forma más exitosa en otras obras y por otros autores y ejemplo de ellos son historias como La Última Cacería de Kraven de J.M. Dematties y Mike Zeck que con un planteamiento parecido a Batman R.I.P., pero más intimo y personal, es superior en todos los aspectos a esta o, centrándonos en las obras que Batman ha protagonizado tenemos El Regreso del Caballero Oscuro de Frank Miller o la ya mencionada La Broma Asesina de Alan Moore y Brian Bolland que han sabido tratar con más acierto las paradojas y la psicología del personaje sin tantos aspamientos y sin la retórica vacía que Grant Morrison imprime a Batman R.I.P. Incluso Jim Starlin y Berni Wrightson con Batman: The Cult, muy deudora de de los trabajos de Frank Miller con el personaje, y sin ser una obra referente, profundiza con más cierto en la psique destrozada de un Bruce Wayne que era anulado mentalmente por el villano de turno, el Diácono Blackfire.

La propuesta de Grant Morrison se limita en este caso a la paranoia de hacernos intentar creer que Batman, gracias a su personalidad extremadamente obsesiva y perfeccionista, incluso en el caso de que su mente recibiese un ataque directo o sufriese un colapso global se habría entrenado para contar con una "personalidad de emergencia" a la que recurrir en dicha situación. Esta personalidad se hace conocer como el Batman de Zur-En-Arrh que, a diferencia del Batman genuino, habla con las gárgolas de Gotham City y con el personaje olvidado de Batmito a la vez que viste una version roja y amarilla de su uniforme tradicional. Todo ello resulta en un final de película de acción del montón que hemos visto millones de veces y que no parece digno de la historia se supone debería contar la última aventura de Batman -aunque sepamos que esta situación sólo puede ser algo temporal-. En Batman R.I.P. los personajes parecen estar la mayor parte del tiempo perdidos hablando en un código cifrado incomprensible con algo de acción de relleno entre medias que no destaca ni por su planificación ni por su originalidad sino, a lo sumo, como ya hemos comentado por el trabajo realizado por Tony Daniel. Grant Morrison además se adentra en los orígenes de Batman de manera torpe inventando una trama en la que Guante Negro se relaciona con su padre, Thomas Wayne, sin quedarnos muy claro hasta que punto. Sólo ciertos momentos, más sosegados, donde Grant Morrison abandona un poco su florida y vacua prosa encontramos escenas dignas de mención como las conversaciones entre Alfred y Robin a causa del estado mental de Batman o a Jezebel Jet cuestionando la labor de Bruce Wayne como justiciero.

Lo único positivo que podemos extraer de Batman R.I.P. es la pequeña historia que Neil Gaiman escribió en la serie a modo de epitafio para el personaje, con dibujos de Andy Kubert y sin ser una referencia directa al evento perpetrado por Grant Morrison, que lleva por significativo título Whatever Happened to the Caped Crusader? en una clara alusión a Whatever Happened to the Man of Tomorrow? la conocida historia de Alan Moore sobre Superman que este escribió en 1986. La edición de Planeta de Agostini de Batman R.I.P., por otro lado, resulta cuanto menos correcta. En ella se incluyen todas las portadas originales del evento y sus variantes, algunas de ellas de Alex Ross, así como algunos bocetos de Tony Daniel. El formato en cartoné de 168 páginas a 16,95 € que incluye los números 679 a 681 de la serie estadounidense se hace más caro por el contenido de la obra que por la edición en sí misma que sigue la línea de las últimas publicaciones de la editorial. La rotulación, comparando con los originales, pierde mucho respecto a esta y aunque eso no es algo nuevo en Batman R.I.P. este aspecto parece más importante que en otras ocaciones y Planeta de Agostini debería haber respetado y haberse ceñido algo más a lo realizado en Estados Unidos. Pero, visto lo visto, la historia de Grant Morrison tampoco merecía tantos esfuerzos y estos "pequeños" detalles no habrían mejorado en nada el resultado de una obra que sólo será recordada por ser una de las tantas aparentes muertes que ha tenido y tendrá el personaje lo cual no deja de ser una ley de vida en los cómics de superhéroes.
Artículos relacionados:
All Star Superman de Grant Morrison
Ver también:
Joker de Brian Azzarello y Lee Bermejo
La Broma Asesina -La Sonrisa del Caballero Oscuro-