Los Muertos Vivientes -aunque todo el mundo diga lo mismo no deja de ser menos verdad por ello- sigue manteniendo número a número su buen ritmo e interés. En este nuevo tomo que ha salido esta semana de la mano de Planeta de Agostini, bajo el agorero título de Creados para Sufrir, Robert Kirkman se desmelena más, si eso es posible, que de costumbre. Creados para Sufrir es uno de los tomos con más acción en lo que llevamos de serie y con algunas de las escenas más brutales -y más de una perturbadora -que hemos podido presenciar hasta ahora y que, paradojas, no son protagonizadas por los zombies de turno. Robert Kirkman se ha empeñado en hacernos ver que el ser humano es, de por sí, mucho más terrorífico y desagradable que una manada de zombies. Y nada nos hace dudar, después de leer el cómic, de que las cosas serían así. Mención especial a ello es ese personaje depravado, mezquino, perverso y cruel que es el gobernador Phillip de Woodbury del que ya supimos en el anterior tomo.
La historia de este tomo comienza con un flashback, de los pocos que tiene la serie, en que se nos cuenta como el gobernador Phillip logró sobrevivir a la venganza de Michonne uno de los personajes más interesantes y más misteriosos de Los Muertos Vivientes que recuerda, mucho, a la Agente 355 de la serie Y, El último hombre de Brian K. Vaughan. Luego se nos narra como los dos bandos se preparan para un más que probable enfrentamiento. Los hombres del gobernador finalmente han encontrado la prisión de Rick y sus compañeros que llevan semanas preparandose para la guerra. Pero el gobernador Phillip es un ser completamente carente de escrúpulos y hará todo lo posible, engañando y forzando a sus hombres, para conseguir su satisfacción. Lo reitero, las veces que haga falta, pocas veces he visto en un cómic un personaje más desagrable que este creado por Robert Kirkman.
Si habéis llegado hasta aquí debéis ser avisados: no os encariñeis con ningún personaje. Puede que ya lo tuvieseis claro desde hace tiempo: Robert Kirkman es el demiurgo en su serie y otorga la muerte indistintamente de cualquier otra repercusión ajena a ese simple y llano concepto. No hay nadie intocable salvo, quizá, remarcando lo de quizá, nuestro querido Rick Grimes que debe siempre continuar su perverso viaje iniciático por su particular infierno en vida. La psicología de los personajes y sus acciones son siempre de lo más humanas y naturales, tan impredecibles como lógicas y esa es una de las verdaderas virtudes de este autor que sabe crear, manejar y mostrarnos la evolución de sus personajes de una forma pasmosa y creíble. Robert Kirkman, en definitiva, sabe tratar tanto el azar como el destino.
En Creados para Sufrir Charlie Adlard perpetra con maestria escenas sacadas de la perversa mente de Robert Kirkman que lo más light que se puede decir de ellas es que resultan de verdadero mal gusto. En ocasiones mucho más que cualquier película de zombies que hayamos podido ver nunca y a años luz, por ejemplo, de la mítica La Noche de de los Muertos Vivientes de George Romero en cuanto a sangre y vísceras. Este cómic no es desde luego indicado para estómagos sensibles y a veces ni tan siquiera para los más resistentes. La obstinación de Robert Kirkman en hacer sufrir a sus personajes hasta cotas verdaderamente inhumanas con Charlie Adlard convirtiéndose en cómplice de ello hace de la historia casi una catarsis de tono épico. Por supuesto, dicho esto, ya esperamos con ansias el próximo número.
1 comentario:
Y vamos para pleno al 15...de obras de Kirkman.
No me he leído el post porque, con un poco de suerte, esta tarde me haré con el tomo. En cuanto me lo acabe te digo que tal.
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